En una mañana espectacular y primaveral de sábado, completamos el long pactado de 30km, sin pena ni gloria, con miras a la M de Rosario. Desde un principio, realizado en forma muy llevadera, casi sobrada, parecía que lograríamos incluso superar esa distancia sin ningún tipo de problemas.
Pero llegado el 28, el 29, se precipitó abruptamente la noche oscura, la inminencia mental del 30 coincidiendo con las cercanías del oasis metálico del Museo Oceanográfico, hizo que nuestras piernas dijeran "no va máaaaassssss...hasta aquí llegamos".
El destino final previsto era el Mojón 9500 sobre Buxareo, pero las diversas idas y vueltas para no alejarnos mucho de Diego, nuestro compañero de long de esa mañana, hizo que los 30km se completaran 2000 metros antes, ya en el Buceo, al retornar desde el este.
Diego hace sus heroicas primeras armas en estas distancias, con miras a la M de Montevideo, con muy poquitos longs encima, incluso debutando en 21k en Punta 2009. Una locura.
Personalmente, habiendo ahora llegado a completar este long, que constituye un hito importante en la preparación, superado en forma más o menos aceptable, paradójicamente decidimos que era el momento y lugar oportuno para "bajarnos" del camino hacia la M de Rosario, pero con la frente bastante alta. Una decisión estúpida e incoherente en el momento, pero que seguramente el tiempo volverá totalmente cuerda, acertada y oportuna.
¿Por qué? Simplemente para no invertir un monto importante de dinero en una aventura que resultaría muy mediocre, al finalizar con un guarismo para el olvido. La falta de convencimiento firme en lograr un buen tiempo, que ya se había instalado desde los meses previos, facilitó la ahora dificil decisión de abortar. Tal vez ya se estaba esfumando el fantasma de no poderla terminar, convocado en un principio por una preparación precaria e insuficiente y con meses anteriores de muy poca actividad.
Pero al transitar ya por la quinta Maratón, ésto ya no resulta suficiente incentivo, hay que buscar otros ingredientes para lograr salir en el día a día, semana a semana, mes a mes.
Se abre ahora una excelente oportunidad, ya libre de toda presión. La posibilidad de proseguir la preparación y seguir sumando longs semanales, sin lesiones, con mente y cuerpo intactos.
Aprovechando ya este fin de semana la M de Montevideo, tal vez acompañando algún amigo en forma "furtiva", durante algunos tramos largos.
Y luego se verá, tal vez agregando algo de bici, con alguna nueva competencia, nuevos terrenos y combinaciones, y seguramente también un cambio radical en el plan de entrenamiento para M.
Ahora estamos con la mira reposicionada en Punta 2009, con tiempo suficiente de encarar una preparación más o menos seria, partiendo además de una base más que aceptable como para comenzarla con interés renovado. Buscando el entusiasmo donde ya casi desapareció.
El hecho de quitarle las telarañas año a año al viejo plan de JP de Colonia 2006, por simple comodidad o pereza, ha llegado inexorablemente a su fin. Hemos usado y hasta abusado de él, en estas 4 maratones anteriores. Seguramente el propósito original de esa planificación era simplemente el poder llegar a la meta y no tanto satisfacer pretensiones de bajar tiempos, por más magros que éstos resulten a la vista de la mayoría de los corredores.
Se impone ahora la necesidad de aumentar la calidad del mismo, enriqueciendo las pautas diarias con nuevos complementos, con técnicas, series y pasadas, no solamente a base de fondos, como resulta ser el 90% de su contenido original.
Y arrancaríamos con una buena serie de Longs en el lomo, en definitiva no resultarían en vano si ahora la nueva mira puesta en la M de Punta del Este 2009 la encaramos como un desafío de bajar los tiempos anteriores, en lo posible en forma significativa.
Luego también estará por allí cerca Buenos Aires, como para un dobleM 2009 o como alternativa única ante algún imprevisto que pueda surgir en el camino hacia Punta.
Esta decisión también nos permite aproximarnos a otros compañeros en la nueva preparación, pues la órbita con trayectoria hacia Rosario a esta altura la estábamos recorriendo en la más completa de las soledades. Y éso, no ayuda para nada.
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