Por supuesto que estaba prohibido desde un principio acudir sin camioneta. Presentando una 4x4 posterior al 2005, 20 minutos de bonificación. Doble cabina con accesorios, 2 barritas de cereal.
Más que una competencia deportiva, parecía la Feria del Automóvil. Y también la Feria de la Bici "Pro": Ya desde la propia ruta comenzábamos a ver la llegada de decenas de Trek, GT, Gary Fisher.....y esas infaltables Winner que están prostituyendo el ambiente !!!
Nos costó esconderlas al costado del auto, al menos hasta que todos terminaran de descargar las suyas muy cerca nuestro, con cierta cara de repugnancia y asco.
Para no dar tan mala impresión, manguereamos las bicis al llegar, pues ya estaban tapadas de un mousse de balastro consecuencia del transporte durante el acceso al Establecimiento. También traían alguna mugrecita anterior, seguramente por la falta de uso. El auto de Diego también se llevó lo suyo.
En un gran gesto, la organización del evento prometió cedernos, en calidad de préstamo sin ningún costo, una bici Trek 8000, la cual esperábamos con gran preocupación y ansiedad. Se acordarían de llevarla ?
Por este medio agradecemos enormemente a Jorge Beltrán y Agustina Diab por el préstamo, nos salvaron la vida. Hubiera sido espantoso ir hasta allá y que uno de nosotros tuviera que sacar el palito más corto para no participar, por la falta de la tercer bici.
Oh, sorpresa al ir al encuentro de ella y buscarle los pedales...epa, dónde están? Cómo es ésto? Les falta agregar algo? Cómo se pedalea sobre eso chiquito? Obviamente nuestro calzado no se ajustaba a "éso" (aún no tenemos ni idea cómo se llaman).
Pero a la postre, el más alto de nuestros integrantes que se adaptaba mejor a la bici con el asiento por el cielo (ya sin posibilidades de ajustarlo), era Gabriel.
Fue él quien se las ingenió para utilizar la bici así como venía, durante toda la prueba. Un esfuerzo encomiable, andar con el asiento por las nubes y el manubrio casi en el piso. Era de locos, no estamos acostumbrados a rodar con la postura de Wynants durante casi 40km.
A pesar del esfuerzo de los organizadores por intentar conseguirnos unos pedales "comunes", todo fue en vano, no hubo caso.
Luego de descargar y acondicionar todo, fuimos a estudiar los mapas entregados, llevamos ambas brújulas, regla, semicírculo, lápiz, lapicera, etc, de lo cual solamente usamos un triste lápiz.
Logramos determinar de antemano con bastante certeza la casi totalidad de los 12 puntos de control, la única duda era sobre que realidad nos podría reflejar en definitiva un mapa del ejército, hecho en base a fotografías aéreas capturadas seguramente por el mismísimo Boiso Lanza.
Afortunadamente llevamos el mapa original, la carta completa 1:50000 a partir de la cual la organización hizo copias pequeñas para entregar. El original resultaba mucho más legible y sobre él planeamos directamente toda nuestra estrategia de orientación.
Tal fue así, tan ensimismados estábamos sobre el gigantesco mapa original que incluso ignoramos parte del material entregado (ciertas impresiones aclaratorias de Google Earth), llegando a ubicar tres puestos de control sin siquiera consultar ese material adicional, que resultaba casi indispensable. Somos los maestros de la orientación, esa prueba ya la pasamos antes de largar !!!
En definitiva vinimos a hacer nuestras primeras armas en ésto y con la intención de simplemente completar toda la prueba, prácticamente sin expectativas de tiempo, ya veríamos cómo nos iría.
Salimos al campo con todos nuestros pertrechos y las dudas de siempre: manga corta? manga larga? calza corta? calza larga? Campera? Y ahora una nueva: Qué llevamos en la mochila y qué dejamos? Herramientas para la bici? Botiquín? Cuánta comida? Cuánta bebida?
El tema de la logística no es nada menor. Como buenos novatos, nuestra primer mochilla pesó 5kg exactos en casa, antes de rellenarla con los 2lt de agua que lleva su recipiente interno. Se nos fue la mano con la comida, obviamente era lo más pesado. Resultó demasiado abundante, era la "última cena", demasiado variada y poco eficiente la relación aporte de carbohidratos vs. peso, especialmente para una carrera relativamente "corta".
Y las herramientas era otro tema, la mayoría eran vetustas, comunes de taller y/o del hogar, nada era "de competición". Pero bueno, ésas iban repartidas y cargadas en cada Winner, agregarle unos gramos a bicis tan pesadas no constituía prácticamente nada.
Un par de cámaras y un "cortador" de cadena -a estrenar-, más el kit de extracción de cámaras -también sin uso- serían los últimos suministros a ubicar en las mismas.
Otra carga totalmente inútil fue el "botiquín", supuestamente obligatorio que terminó transportando Gabriel. Si bien aportaba un peso cercano a los 600 gramos, fue transportado durante casi 60km, totalmente al cuete.
Qué te iba a pasar? En definitiva si te hacías un rayón o un pequeño corte, quedaría así nomás sin curar y si te rompías la cabeza en una caída, el botiquín solamente te podría aportar el alcohol etílico a beber para matar la espera de la distante ambulancia, si es que en definitiva vendría alguna.
Si hubiere una próxima carrera de este tipo, seguramente sería encarada de una forma mucho más audaz, sin tanta comida, bebida, herramientas y nada de botiquín, todo fue al santo pepe.
Viendo a los demás competidores en la largada, se llegaba a la conclusión que prácticamente llevaban solo agua.
En lo personal, fue como llevar un gurí medio crecidito al estilo boliviano, con casi 7 kilos. Además, estaba el agregado de que nuestra mochila Salomon no es específicamente para este tipo de competencias cortas y lo sabíamos perfectamente.
Ya de por sí, vacía, aporta lo suyo en peso, aunque parezca mentira. No quisimos invertir una cantidad considerable de dinero en algo que no nos pudiera aportar nada más allá de una simple carrerita. También sería mucho lujo tener que comprar una mochila para cada ocasión. O simplemente utilizarla con esos fines. Pero fuera del peso, resulta muy cómoda, tanto en bici como en running.
Nuestra situación irregular de 3 integrantes, en medio de todos los equipos en parejas, lo resolvieron así: Diego y Gabriel conformaron el Equipo "OREJANO" con el Nº 10 y nosotros, en solitario, el Equipo "OREJANO '2' " con el Nº 13, el que figuraría fuera de competencia (FC).
Agustina de Suca nos aclaró que si personalmente llegábamos a ganar la prueba, no recibiríamos ningún premio, sino que darían por ganadores a los que vinieran detrás. Éso en un principio nos desmotivó bastante, jajaja, pero bueno, superada la decepción inicial, aceptamos las reglas de esta particular excepción. No había otra forma de participar.
"Che, no pueden conseguir alguien más ?". Negativo Agustina, tenemos amigos y allegados del Run y también del Bike, pero por separado. Nadie que quiera cruzar esa delgada línea separadora, por ahora. Los que estamos tratando de unir ambos submundos, desde esta plataforma totalmente amateur e improvisada, somos pocos, por ahora solo 3 (ideal para la "Azimut" o "De Sol a Sol", no es así, Diego?).
Muchachos, por favorrrr, aflojen un poco con estos desafíos...y otros planes que no se pueden narrar aquí para que no caigan en conocimiento de las autoridades.
Tened piedad de nosotros...
Largamos al fin en medio de un colorido pelotón. Todos se posicionaron debajo del arco, pero curiosamente apuntando hacia nosotros, hacia la dirección inversa de partida a la que tal vez hubiéramos elegido en lo personal, por lo menos como para arrancar, haciéndolo hacia afuera del Establecimiento y no hacia adentro, hacia el fondo, como lo hicimos.
Pero bueno, no era momento para contradecir toda esa multitud, no podían estar tan errados. En lo personal, quedamos pensando y confundidos con otro puesto de control (PC) que no era el primero, sinceramente hubiéramos ido para el otro lado. También era cierto que prácticamente no se estudió mucho el primer PC, porque sabíamos que una multitud nos indicaría el camino ideal. Dejad a los conocedores que hagen su trabajo. Pero no los pierdan de vista !!!
Iniciamos la prueba con un inesperado Bike & Run. Bueno, en realidad fue "I Bike, you Run, for ever". Por supuesto que era nuestra primer experiencia en esta disciplina, pudiendo obtener interesantísimas conclusiones.
Arrancó Diego ofreciéndose para el Run y, dado su estado físico, decidió hacerlo todo él, con nuestro sacrificado consentimiento implícito. Detrás íbamos con Gabriel pedaleando y charlando muy distendidos, mirando como Diego iba a 5min/km e incluso bastante menos, por momentos.
A pesar de éso, vimos como muy prematuramente ya quedábamos últimos en la general, solo algún caballo suelto quedaba allí detrás cruzándose peligrosamente por esos caminos vecinales. En el punto que teníamos que pasar las bicis por encima de una portera encadenada, luego del primer PC, donde la Winner parecía pesar 2 toneladas, no quedaba nadie detrás.
Ya en ese tramo y en todos los restantes, utilizamos la brújula simplemente para corroborar nuestra percepción de la dirección que tomábamos, la cual fue acertada en todos los casos. Nunca consultamos la brújula como para auxiliarnos en la prueba, sino como simple ejercicio mental.
La falta de una mayor atención a la orientación en esta primera etapa era natural, pues siempre teníamos a la vista a los demás corredores, o por lo menos apreciábamos a la distancia qué decisiones tomaban en las partes dudosas, desvíos, bifurcaciones, etc.
Y esta tranquilidad incluía los 2 primeros PCs, más el regreso a la llegada.
Resultaron ser unos 7.800 mts hechos en 38:45 (tiempo oficial).
Volvimos a La Pataia para hacer la primer transición, Diego tomaría la 3er bici y así comenzaríamos los 3 juntos el MTB.
Salimos por donde habíamos accedido al Establecimiento, para luego dirigirnos hacia el este, hacia el PC 4, que era virtual (sin gente presente). En una bifurcación importante tuvimos que consultar el plano, tomando el rumbo correcto luego de una sencilla evaluación para posicionarse en el mapa.
Al rato vuelven las dudas, una curva cerrada y obligada a la derecha nos hace repensar el rumbo. No estamos los 3 de acuerdo sobre nuestra posición, decidimos comprobar lo alejado que estábamos aún de la Ruta 39, la cual alcanzábamos a "oir". Ésa era la única referencia "seria" sobre el desactualizado mapa.
Nos arrimamos un poco a ella, calculamos la distancia a ojo, la proyectamos en el mapa, y decidimos retroceder por nuestro camino ya hecho, volvimos a buscar un trillo o algo parecido sobre esa curva que a velocidad de MTB no indicaba ninguna entrada en un principio.
Incluso llegamos a ver huellas recientes de bicis que fueron en el otro sentido, es decir, continuando esa curva pronunciada.
Y efectivamente habia un pequeño trillo allí y no seríamos los primeros en abordarlo, las huellas eran evidentes. Luego de varios kms difíciles, los de más dificil tránsito de toda la prueba a nuestro entender, untamos de barro las bicis más o menos hasta el eje de los pedales.
A la postre encontramos allí el PC 4, que resultó ser un cartel de una empresa de seguridad puesto en un árbol, dentro de un campo privado. Con cierta duda inicial sobre su certeza, dada nuestra falta de experiencia en encontrarse con los PCs, especialmente virtuales.
Ya en anteriores cruces vimos un par de equipos que provenían de lugares distintos al nuestro, era obvio que habían tomado el camino incorrecto. Allí estando aún a metros del árbol nos alcanza uno de estos equipos. Seguramente eran los que hicieron las huellas en la otra dirección, pues detrás nuestro no venía nadie. Ellos deciden retornar por ese trillo hacia atrás, para tomar la cercana Ruta 39 y acudir por ella hasta el próximo PC, hacia el norte. Todo hecho dando una vuelta, un rodeo grande, pero de muy buen piso.
Nosotros en cambio, un poco para experimientar y otro poco para ver si lográbamos hacer una ventaja para salir a la ruta delante de ellos, decidimos continuar hacia el norte por ese trillo, sobre el cual seguían numerosas huellas.
No resultó claro si valió la pena hacerlo desde el punto de vista tiempo, pero sí lo fue como experiencia vivida. Por momentos aquello parecía un pequeño pantano. La cantidad de altos yuyos quebrados y aplastados por el barro de un numeroso tránsito anterior, eran síntoma de que los competidores "Pro" se aventuraron por allí, incluso tal vez los que resultaron ganadores, quién lo sabe.
Repechos, bajadas pronunciadas, pequeños cursos de agua a cruzar, todo muy pintoresco. Gabriel, conocedor del lugar, nos llamó la atención por la cercana presencia a nuestra izquierda, del Establecimiento de detención de Las Rosas. Los múltiples vehículos policiales que saludaron nuestro cruce al recorrer el acceso a la 39, nos hacía pensar si no corrimos cierto riesgo de haber sido bajados de un chumbazo y quedar ahí tumbados en pleno barro, pasando a constituir restos arqueológicos del siglo venidero.
Llegamos a la Ruta, por ésta doblamos y mantuvimos el rumbo al norte, en dirección a San Carlos. Precisamente próximo a uno de sus accesos, divisamos un pequeño helicóptero civil a nuestra derecha, un modelo moderno, que estaba casi estático en el aire.
Qué estaba haciendo allí? ESPN? FOX? Telemundo? Hmmm, no creo...ya no deben estar en esa parte haciendo la cobertura, ya era tarde, los punteros estarían por la Laguna del Sauce.
Acaso alguien haciendo prácticas? UTE revisando el tendido eléctrico? Tampoco. Ya estábamos teniendo visiones por la deshidratación? En realidad, constatamos que el piloto estaba arriando ganado, unos 30 vacunos!!! Nos imaginamos que se trataba de una adquisición reciente y que estaba ganando práctica y de paso arriando el ganado hacia un corral. Sería muy costoso hacerlo así, por un puñado de vacas locas !!! Muy raro.
Ante algunas bifurcaciones y desvíos, consultamos el plano y luego de un extenso tramo de balastro, recorrimos zonas muy rurales, pasando 2 solitarios puestos de control más, amén de tener que esquivar también alguna que otra cabra suelta.
En gran parte del circuito veníamos saludando a varios habitantes de la zona, aún absortos de ver a esos locos en bici que venían al final, casi a horas de la pasada de una gran horda de esquizofrénicos del pedal, aquellos que iban allá adelante.
A esa altura la constante del tramo de MTB era ver a Diego y Gabriel punteando por turnos la posición de nuestro equipo, y a unos 150 metros detrás veníamos nosotros, cerrando la marcha de la competencia, con la mirada fija en ellos, para no perderlos de vista.
Nunca se dejaron de ver. Se mantuvieron cerca no solamente por compañerismo y espíritu de equipo, sino también por algo fundamental: el mapa lo portábamos siempre nosotros, constituía nuestro seguro de vida, para evitar quedar solos en la inmensidad rural fernandina.
En muchísimos pasajes, vimos a Gabriel transitar alegremente sin manos, mientras nosotros íbamos concentrados mirando los pedales, como no pudiendo encontrar explicación de qué sucedia con esas 2 piernas ya totalmente inoperantes.
Algo que no ayudó en un principio del MTB fue portar la cámara en la mano, era imposible evitar los pozos y demás dificultades, incluso intentar frenar con una sola mano. Hubiéramos querido obtener mucho más material de esta prueba, pero era una locura seguir así. Decidimos pedirle a Gabriel para guardar la cámara en su mochila. Siempre era más fácil de acceder que la propia, sin quitar.
Y bueno, allá iba la cámara adelante nuestro a unos cuantos metros, siempre muy lejos como para utilizarla en más de un pasaje que mereció perdurarse en una foto.
Faltó obviamente una riñonera al costado, al alcance rápido de la mano, o bien ubicar el propio estuche de la cámara en la cintura, atada a la mochila. O directamente fijar la cámara sobre el casco. Era imposible usarla y luego guardarla atrás en nuestra mochila, en pleno rodaje, con barro, pozos y casi totalmente sin frenos. Son todas pequeñas experiencias que se absorben para aplicar en próximos eventos, especialmente si uno simplemente va a disfrutar de la prueba, no va a intentar ganarla. De lo contrario, no llevaría absolutamente nada, ni un tereso, solamente llevaría la vista adelante y chau, como hace la mayoría.
En uno de los PC nos enteramos que no éramos los últimos, en la planilla había aún casilleros previstos para el registro de 2 equipos que vendrían detrás. Arriba !!!
Éso nos levantó el ánimo e incrementó las fuerzas. Con ese panorama alentador nos dirigimos a las Cumbres de la Ballena, atravesando casi su final norte a la altura de un tanque enorme, donde alcanzamos un nuevo PC. Su responsable a esa altura estaba muerto de frío y de aburrimiento, en esas soledades y a esa hora.
Desembocamos al fin en la Ruta 12, ahora en el otro borde de la competencia, el bituminoso resultaba un milagro después de tanto barro y luego balastro. Nos aprestamos a subir a Las Cumbres, cuando los punteros ya comenzaban desde allí su tramo final hacia La Pataia, a ritmo vertiginoso.
Todo minuto y segundo ganado allí resultaría vital, pues los ganadores terminarían triunfando por el escaso margen de 30 segundos. Entre los segundos y los terceros, hubo apenas 40 segundos. Con respecto a los siguientes, más de 35 minutos. Fue una mano a mano de 3 equipos, el resto ya muy lejos de alcanzarlos, otro nivel.
Y con respecto a nosotros, pavada de ventaja nos llevaban todos ellos, a nosotros nos restaba todo el Running/Trekking, con una distancia que en ese momento ni teníamos muy clara, además del MTB final, otra incertidumbre.
Esta etapa de MTB a nosotros nos insumió un recorrido total de 33.300 mts, efectuados en 02:24:45 (tiempo oficial).
Nuestra mochila estaba pesadísima, parecía estarlo cada vez más, inevitablemente había que aligerarla para el Running, era tonto llevarla así. Y una vez alcanzado el PC que oficiaba de transición allá arriba, dejamos las bicis y "almorzamos".
Con éso, la mochila pasó en gran parte "de atrás para adelante", quedando la misma en la espalda, un poco más liviana y ahora terrible panza adelante: 2 bananas, 1 mandarina, ciruelas secas, pasas de uva, chocolate y toda el agua que se pudo ingerir desde el cañito, a lo que luego se agregó una botellita de Gatorade ya iniciado el Running, la cual veníamos paseando desde el inicio.
Personalmente no podíamos correr, casi ni caminar, estábamos haciendo la digestión.
Lo notable de este tipo de carreras, es que cada uno elige su recorrido para unir los puestos de control requeridos, por lo tanto nunca se sabe de antemano cuánto va a hacer en definitiva. Y además la hoja de ruta se conoce obviamente minutos antes, así que otro misterio adicional.
Habíamos dejado bicis y cascos, y luego de una pequeña "sobremesa" con alguna foto o video, surgió la posibilidad de cortar camino transversal en vez de bajar por el sinuoso recorrido pavimentado que hicimos en el ascenso.
Nos aventuramos por un escarpado sendero hacia abajo, que en definitiva lo íbamos haciendo realmente nosotros. Era la llegada del hombre al Amazonas. Primero sobre rocas resbalosas, verdaderos escalones embarrados, donde trastabillamos varias veces o casi hicimos "sapito".
Luego fue a través de rosales silvestres, otros yuyos, espinas y púas varias no identificadas, las cuales lastimaron piel y/o engancharon ropa, aún al intentar retroceder para volver a intentar por otro lado.
Nos tomaban de todos lados y desde todas las direcciones, aquello parecía joda, era como terminar devorados por plantas carnívoras que nos atrapaban tal cual una película de medio pelo.
Estábamos los 3 separados, a escasos metros uno de otro, dentro de esa vegetación y sin embargo no lográbamos vernos, nos guiábamos solamente por los ruidos, generados por los golpes al resbalar y caer en el piso aún mojado o bien al quejarse por las espinas que nos iban lastimando y reteniendo. Toda una maraña en forma de lazos, como si fueran alambres de púas que enredaban manos, torso y piernas.
No es nada seguro que hayamos ahorrado ni un solo minuto por allí, pero visto ahora en retrospectiva y dejando las heridas en el olvido, estuvo es-pec-ta-cu-lar.
A la vuelta, mucho más tarde, para volver a buscar las bicis, haríamos una prueba empírica: dos por la misma maleza, ahora hacia arriba y el más cansado y/o conservador (o sea, como siempre, quien suscribe), por la serpenteante calle asfaltada.
Y en definitiva se llegaba un poco antes por el camino civilizado. A pesar del recorrido linealmente mucho más largo, resultó ser algo más rápido y seguramente más sencillo, a pesar de nuestro lento tránsito hacia arriba. Enseñanzas que van quedando para una próxima, si es que la habrá.
Ahora nos estamos yendo hacia el borde de la Laguna del Sauce, a buscar la represa que constituye su angosto desagote al mar. Por allí estaría el siguiente PC virtual también, sin gente. Accedimos nuevamente a la Ruta 12, tomamos ahora al sur y allí comenzamos a cruzarnos con toda la gente que terminaba el Running e iba por sus bicis allá arriba. Un verdadero gentío luego de haber recorrido todo ese campo en la más completa de las soledades.
Nuestro rumbo y recorrido previsto era buscar el acceso pavimentado que conduce a la Posta del Lago, para ir bordeando la Laguna del Sauce. Este importante camino ni siquiera figuraba en el mapa (ni en el original nuestro ni tampoco estaba agregado en la copia de la organización), pero además de haber constatado éso nosotros al estudiar los mapas, ellos nos advirtieron este detalle antes de comenzar.
Tal vez en ese punto, pensándolo después, Diego llegó a la conclusión que podríamos haber cortado camino por alguna diagonal, para no tener que avanzar tanto por la 12 para luego retroceder un poco por este camino, que salía oblicuo a dicha ruta.
Comenzamos el Running trotando, a veces caminando. El hecho de caminar se fue intercalando cada vez más seguido, aumentando también su duración. Para simplificar, digamos que comenzó como un Running, luego pasó por un ágil Trekking, para terminar al regreso, casi en un Arrastring.
Al comenzar a bordear la Laguna, nos interceptaron (de dónde habrán salido?) Raimundo de Sayago Running y su compañero Ernesto de Supersónicos, del equipo "Los Dementes Sayago". No los habíamos visto detrás nuestro, al menos cuando íbamos mirando hacia nuestro camino ya recorrido, esperando ver la cercanía de esos 2 supuestos equipos detrás nuestro.
Acaso ellos serían un tercer equipo, que venía adelante nuestro y que había errado el rumbo ?
Seguramente tomaron otro atajo distinto o se estaban recuperando de algún error en la trayectoria elegida. En definitiva no llegamos a preguntarles.
Luego de las presentaciones de rigor, arrancamos juntos a trotar, ahora éramos 5, lo que nos daba un poco más de ánimo para trotar un poco más seguido en bloque, aunque sea por orgullo mutuo.
Llegamos todos juntos al puesto cercano a la represa, aguas abajo. El mismo era un arbolito con cintas de colores y un número de corredor adherido en el tronco.
Nuestro próximo PC a superar sería un árbol en el medio de la nada, dentro de un predio privado gigantesco, incendiado y talado al parecer bastante recientemente, unas cuantas hectáreas de un solo predio, todo cercado, con frente a la Ruta ya sobre Solanas y fondo casi a la playa. Por supuesto que el famoso árbol estaba casi en el otro extremo desde el cual nosotros accedimos al predio.
Logramos arribar a él no sin antes ensayar varios cortes de camino, simplemente para ejercitar la nueva disciplina de orientación, o en definitiva administrar eficientemente las escasas energías del momento, las cuales consumíamos a esa altura, casi 100% caminando rápido.
Abandonamos las calles cercanas a la Laguna del Sauce, cruzamos predios privados, bordeamos médanos alambrados, casas en construcción y tomamos por calles de balastro internas que acortaban el camino hasta la Ruta.
Se acercaban más a la trayectoria ideal, en vez de tener que seguir hasta el final de la costanera que nos llevaría prácticamente hasta el Club del Lago, para luego tener que retroceder a buscar ese enorme predio.
Diego fue el encargado de subir a algún médano, tipo explorador, para poder ver más allá, y agregar algo más de cansancio adicional. A la salida del predio, luego de chequear el PC, aún había gente de la organización que supervisaba nuestra salida del mismo. Estamos seguros que, dada su cara de felicidad al vernos, luego de pasar nosotros se retiró, a pesar de que teóricamente seguíamos sin ser los últimos.
Ahora tendríamos que volver a las Cumbres, pero no necesariamente deshaciendo el mismo camino, pues nos habíamos apartado bastante de lo que sería un regreso rectilíneo.
Lo habíamos hecho así para ir en busca de la represa. Ahora lo nuestro era retornar en forma más eficiente a la Ruta 12, interceptándola con alguna diagonal. Queríamos evitar también tener que ir más al este, pasando la Ancap, donde propiamente nace la ruta, que sería el camino fácil, pero más largo.
Tendríamos que hallar un rumbo intermedio que en definitiva encontramos, saliendo a la Ruta 12 a la altura de la gran cruz de hormigón.
A continuación, íríamos en busca del último PC aún desconocido, situado sobre un camino que nace lateralmente a la derecha de la ruta. Estaba en un lugar bastante curioso, en un zona muy baja, una arenera o algo así, al que se accedía tras superar un médano con cierta dificultad para atravesarlo, con muchas acacias secas que impedían el fácil paso. Se trataba de un nuevo árbol con un número y cintas de color.
Al volver a la ruta, tanto Raimundo como Ernesto, integrantes del otro equipo que se nos había unido anteriormente, lentamente se habían ido alejando. Comenzaron a hacer su ventaja para asegurarse de no llegar últimos. Era lógico y era un muy buen momento para lograrlo.
Ellos descenderían en sus bicis cuando nosotros recién subíamos a pie a buscar las nuestras.
Ya no quedarían puestos desconocidos, simplemente había que volver arriba, para bajar pedaleando hacia La Pataia. Al llegar, declaramos en ese PC de transición que era un improvisado parque cerrado, todos los números que vimos en los PCs virtuales, anotados en el celular por precaución ante olvidos. Tomamos los cascos y las bicis y emprendimos una alocada carrera de regreso hacia abajo.
Esta etapa de Running resultaría ser de unos 13.200 mts, hechos en 02:21:00. Un promedio de puta madre.
En el caso nuestro, al finalizar cada bucle de bajada desde Las Cumbres, tuvimos que asistir la actuación de los ineficaces frenos con la suela del champión en forma sonora y bien firme contra el piso, saltaban las chispas y volaban los pedazos de caucho.
No había más remedio, de lo contrario volveríamos a la laguna, cruzando la ruta como un Jackass sin control, sobre un carrito de súper.
Luego de un poco más de 2 km de ruta, con alguna ondulación que terminaba de comer la poca pierna que quedaba, surge el más anhelado de los indicadores viales de nuestra Patria, que indicaba: "La Pataia 4km ->". A esa altura, el GPS que llevábamos para medir los parciales recorridos (no servía para otra cosa), se murió, quedó sin batería por el larguísmo esfuerzo realizado. Llegó a registrar apenas 2.5km de este MTB final.
Tomando entonces a la derecha, volvimos a la cumbre del tanque, donde aún estaba el resignado anotador en el puesto de control ya conocido. A partir de allí el camino ya era todo repetido, por allí veníamos en MTB y también habíamos pasado en el Bike & Run siguiendo hacia el otro lado de esa "T", el cual tomaríamos nuevamente ahora para terminar en la Pataia.
Al final de la pronunciada bajada y con la obligación de doblar, tuvimos que recurrir nuevamente al tercer freno de pie, para evitar terminar en la cuneta o debajo del Corsa rojo, que estamos seguros que aún sigue detenido allí, el cual venía precisamente desde la derecha y nos quedó mirando. Su conductor aún trata de entender qué fue lo que pasó por delante suyo y el porqué de esa nube de balastro y caucho quemado.
Deberes para mañana : Revisar frenos. Nota: Lavar antes las bicis con hidrolavadora, para poderlos localizar con éxito.
Un nuevo cartel indicaba que restaban tan solo 2 interminables kilómetros, Gabriel hacía rato que venía parado en los pedales, incluso en las bajadas. Tal vez no tanto para aumentar la fuerza de su pedaleo, sino más bien para no tener que permanecer sentado en ese torturador asiento ni un solo minuto más.
Esta última etapa de MTB fue de aproximadamente 6.5 ~ 7 km aproximadamente (el GPS se terminó apagando antes), la que nos llevó unos 26:47 según la organización.
Hicimos una entrada triunfal en formación perfectamente sincronizada por debajo del arco, donde una reducida "multitud" nos esperaba, la cual nos miraba con bastante asombro. Esto a su vez causó nuestro propio asombro al verles las caras.
El motivo era que en realidad esperaban otras caras, ese pequeño grupo de apoyo, integrado por Alejandro Tavárez y demás, ya nos había cruzado, alentado y fotografiado en diversos puntos.
Pero ahora ellos en realidad esperaban a Raimundo y Ernesto, los "Dementes de Sayago", que habían literalmente desaparecido o accedido a otra ventana dimensional, en algún punto incierto entre la bajada de Las Cumbres y La Pataia.
Era claro que venían delante nuestro y si no fueron abducidos por un OVNI, en definitiva tomaron otro camino, de lo contrario los hubiéramos visto.
Al final llegarían cuando estábamos ganando el combate mano a mano con los panqueques gigantes que formaban parte del postergadísimo almuerzo prometido.
Faltó la medallita acostumbrada, esta vez nos quedó solamente un pequeño diploma plastificado de recuerdo, un plástico para guardar encima del parasol del auto. Puede servir para hacerse un poco de aire en un semáforo, durante el verano, o bien para apoyar y firmar el voucher en la estación de servicio.
Pero ésto es lo de menos, si el dinero no daba para más no importa, lo mejor quedó en las retinas, y por supuesto también en algún músculo que otro, y por qué no en algún hueso y cartílago.
Tiempo total:
CINCO HORAS, CINCUENTA Y DOS MINUTOS, DIECISIETE SEGUNDOS...
Otro peldaño más. Aguante, De Sol a Sol, que allá vamos...
Para ver las muy escasas fotos propias (y alguna que iremos sustrayendo de Sayago Running y de la propia organización, hacer click aquí.
A continuación, puede verse un breve video con algunos pasajes del evento.
TIEMPOS OFICIALES