Domingo 14/10/2012 - Cuervos en Orientatlón Solís de Mataojo

 
Una vez más, Cuervito, Cuervón & Cuerviejo acudimos a una nueva convocatoria de Leo Yozzi, director de carrera. A propósito, Leo, ¿todavía te quedarán muchas camisetas amarillas 2011? Rossana se acuerda de vos cada vez que tiene que lavar alguna de ellas, se le entrevera bastante la cosa para saber de quién es cada una, ya tenemos ocho en total, todas idénticas, por supuesto. A simple vista se confunden, aunque en realidad la mía fue construída por licitación, por la misma gente que hizo la gloriosa bandera gigante de Peñarol. Ella no nos podía creer cuando le contamos por teléfono, apenas abrimos el "kit" que....."¿otra vez amarilla?"

Dejando de lado la monotonía de la camiseta, a pesar de sus gloriosos colores (pero ya está, ¿no?), pasamos una mañana espectacular. Ya de arranque temprano tuvimos que tirar un rumbo aún desconocido para poder llegar a Solís en hora. Cortamos por un balastro en diagonal hacia el pueblo, veníamos del este por la Ruta 9, con el tiempo justo, sin poder recorrer extensos asfaltos más rápidos pero mucho más extensos.

Pero llegamos en punto y aún la cosa ni arrancaba para recibir los preciados "kits". Apenas al comenzar la prueba nos dijimos, olvidémonos del tiempo esta vez, de la cantidad de PCs a recorrer, de la organización en notorio descenso, de todo éso, ¿ta? Bueno, vamos a pasarla bien y grabar en nuestras retinas todos esos paisajes escondidos de nuestro bendito país. Esta vuelta es para divertirnos y punto. Hablando de grabar, llevamos la mini-camarita por primera vez a una carrera, le cantamos, le bailamos y le mandamos saludos a todos.

Al otro día, Martín sufriría bastante cuando le pegamos esta camarita a su cometa, en una alocada prueba, y se enteró que allá arriba, a 50 metros de altura, para colmo sobre el mar, andaban volando las fotos y videos de esta prueba, aún sin descargar, en la micro SD de 8GB. Qué locura, arriegar así la super cámara pro-pro de 17 dólares de dx.com.

Volviendo a la carrera, bosquejamos entre los tres integrantes del Caffarena's Challenge una estrategia rápida contemplando cuáles eran los PCs que podíamos alcanzar de acuerdo a nuestras expectativas físicas actuales. Describimos un círculo sobre el mapa, casi rodeando el pueblo, todo el recorrido hecho hacia el este. Allí salimos trotando al primer encuentro de un cercano PC, siguiendo casi sin proponérnoslo a la muchedumbre. Nunca habíamos visto hacer cola de veinte personas para registrar un PC,era gracioso. De todas formas, atrás venía bastante gente, había unos cuántos niños esta vez.

No recuerdo en lo personal y mucho menos con mis "viejos" compañeros de equipo, haber cruzado tantos alambrados en una misma prueba, fue impresionante. Y siempre venían acompañados de alambre de púas, a veces dos hilos de púas más cinco y hasta siete comunes. Una prolijidad insoportable la de los lugareños, che...

Personalmente pagué consecuencia de ello con las suelas de ambos super-championes Reebok (los odio) super-livianos (demasiado) super-berretas (por suerte), para nada preparados para estas aventuras. Qué macana, me olvidé de mis Salomon de 170 dólares. Y Agustín también se olvidó de los suyos, corrió con unos Topper todos planos que ni te cuento. En cuanto a Martín, ni la marca podría describir.


Qué ordinarios, qué manera de estropear toda aquella fiesta, todo la gente linda con Salomon de aventura, todo calzas Nike, todo prolijito y estos tres terrajas con cualquier cosa en esos piecitos. Me hizo acordar cuando con el Equipo Orejano incursionábamos con las Winners en las primeras carreras de Jorge Beltrán que corrimos. Ho-rri-bles!!!

Y bueno, los Reebok los compré 2 x 1 hace como seis años, ya están más que pagos, aunque fue un error llevarlos. Martín se reía y no podía creer cada vez que yo les arrancaba una nueva porción de la suela y aún seguía en pie, e  incluso con el pie todo cubierto.


Recorrimos algunos balastros, pastizales, cultivos, algunos pocos arbustos y demás espinas -por suerte-. Alguna cañadita que otra también tuvimos que cruzar. Bordeamos algún tajamar, grandes zanjas inundadas y de paso nos trajimos un par de osamentas de oveja testimoniales. El barro imperaba en todas las zonas bajas, la tierra ya está atorada de recibir tanta lluvia primaveral.

El equipo llevaba menos carga en total que otras veces, sobre todo menos abrigo. Pero el botiquín siempre presente, aún recordamos el tajo de 35 cm de Agustín a poco de comenzar la edición anterior, sobre su cuádriceps.


Junto al botiquín, se mantuvo la brújula guardada en todo el recorrido, con los demás enseres "obligatorios" que nunca nadie te reclama. Vimos corredores solitarios sin siquiera mochila, parecía que estaban en una Nike 10k si no fuera por el mapa y pasaporte hecho un rollito.

No tuvimos ni que recurrir a la brújula, Agustín fue el navegante en diversos tramos, casi constantemente participó en las decisiones y nos guiamos perfectamente.

El punto de mayor dificultad fue ubicar un Puesto de Control de cuatrocientos puntos ("Alambrado sobre cañada", si mal no recuerdo). Hmmm...nada originales las señas para encontralo, jajaja...


 Y como quien interrumpe un camino de hormigas de un pisotón para borrar el rastro químico de éstas, llegaban a ese punto un sinfín de equipos y allí comenzaban a dar vueltas alocadas en todas direcciones, buscando el ya clásico "farolito chino" de cartón, color blanco y naranja. Terminamos siendo una multitud por allí, repartiéndonos las zonas para estudiarlas en detalle en busca de la maldita señal.


Al fín apareció y respiramos aliviados, era una infamia ir hasta allí, perder todos esos preciosos minutos y volverse sin esos puntos acreditados en el pasaporte. Luego fueron líneas de alta tensión, más alambrados, algunas taperas y árboles solitarios, los que albergaron los farolitos de Yozzi.

Martín debutó en el desafío de enfrentar un alambre electrificado, nunca le había tocado en suerte. Luego "vería" la electricidad en todos los alambrados inofensivos posteriores, jajaja...


De todas formas a pesar de su edad, se manejó con destreza para sortear los alambres de púas, en definitiva volvimos los tres a la civilización con mínimos raspones en las piernas. Lo más "grave" fue mi rodilla con un pequeño sangrado por pinchado de una púa. En definitiva era mucho más chorrete que tajo.

Luego de promediar la prueba y ver lo lejos que había quedado el pueblo de Solís en nuestro gran rodeo que ahora estábamos deshaciendo, paramos unos instantes a comer, en pleno descampado, entre alambrados, barro y bosta de vaca, todo a pleno sol. Obviamente todos nosotros sin protector solar en absoluto, quedamos bastante marcados por el Astro Rey. Lo que se dice, un padre inconciente.


Allí aparecieron barritas de cereales, sachets de Geles CarbUp (los "preferidos" de Martín, jajaja), papitas Lays, pasas de uva rubias La Abundancia y un par de Gatorades (azules, como siempre). Faltó la fruta, que pesa demasiado como para llevarla en la mochila para tan pocas horas. Ya mi propia mochila Salomon de 30lt es un verdadero estorbo, la compré demasiado grande como para usarla en ésto.


Arrasamos ruidosamente (sobre todo Agustín con las papitas) con todos los sólidos, documentamos como siempre con la camarita ese momento y seguimos al encuentro de los tres o cuatro PCs que aún restaban.

Al llegar al PC denominado "Victoria" -excelente nombre, Leo, como te dije-, recibimos el premio de meternos hasta las rodillas en el Arroyo Mataojo. Una bendición, a temperatura ideal. Allá adelante iba corriendo raudamente Martín a su encuentro, imparable, en la vanguardia de nuestro equipo. Ejercí la patria potestad que la ley me otorga y le dije que ni se le ocurriera adelantararse un metro más para meterse allí adentro. Pasé al frente, como buen padre protector y crucé un pequeño tramo del lecho hasta el propio PC, casi en medio del curso de agua, colgando de un árbol. Un fabuloso recodo del arroyo, con un oscuro y tupido monte que lo acompañaba aguas abajo.

Constaté que era una infamia que mis compañeros esperaran afuera en tierra firme y se mandaron nomás, con una sonrisa de oreja a oreja, una vez cursada la autorización correspondiente.

Ambos agradecerían luego la espantosa vaselina que les hice poner en ambos pies, apenas se habían levantado. No presentaban ni una sola ampolla, esas patitas brillaban al llegar a la meta y descalzarse, estaban impecables, contrastaban con el resto lleno de barro.

Casi al final en nuestro retorno al pueblo, Agustín propone bordear el arroyo, para ahorrar recorrido. En definitiva resultaron ser unos cuántos cientos de metros, evitando caer en la vulgaridad de transitar por el balastro, visible a media distancia. Y bueno, obviamente nos embarramos hasta la rodilla, con salpicaduras en toda la espalda, pero valió la pena y nos aportó a todos un tramo "técnico" extra en el recorrido. Agustín se destaca por su excelente orientación y Martín por su resistencia física, siempre pronto para correr algún tramo, hasta el final de la prueba.


Precisamente Martín también tuvo su oportunidad de marcar algún PC de puño y letra, y como era de esperar, nuestro pasaporte terminó todo lleno de rayones, bromas mediante: "Yo no fui, yo no fui"...como siempre...

Volvimos a ver el pueblo de Solís detrás de las últimas lomas, algunos tramos los hacíamos trotando, para adelantarnos a una posible penalización, pues andábamos al milímetro, con el tiempo justito, constantemente mirando el reloj del celular. Pero nada de ello evitaba que siguiéramos filmando y sacando fotos a la pasada. Se movía horriblemente esa filmación, hasta causar el vómito del televidente. Habrá que idear un punto de fijación en la mochila, o en el gorrito.


La recorrida estuvo sujeta 100% a nuestra planificación. Al final intentamos agregar un par de PCs más de poco valor, dentro del pueblo. Logramos registrar uno de ellos en la plaza principal, lo que nos valió setenta puntos más a favor y diez de penalización en contra, por llegar un minuto tarde. Pero valió la pena.

La llegada en tiempo y forma, Agustín constataría luego con Google Earth que hicimos un poco más de 14km. Arribamos bastante enteros a la meta, también bastante embarrados pero contentos.

Sin embargo y a pesar de todo, nuestras manos parecían estar más limpias que las que nos sirvieron los chorizos del almuerzo: "Querés mayonesa?"...."Nooooo, ni en cuete...dejalo así nomás, no lo toquetiés más con esas manitooooos"...

Computamos 2110 puntos, recorrimos trece Puestos, clasificamos en el octavo lugar de nuestra categoría (Padres e Hijos) de un total de veintiún equipos. El que ganó, marcó 2400  y el último, 1310 puntos.
Ufa, nos faltó agregar un par de PCs más!!! Como siempre, íntimamente guardábamos esperanzas de acceder al podio, un glorioso tercer puesto aunque más no sea, pero bueno...siempre las mismas caras "de elite" allí arriba.

Algo que nos queda como gran satisfacción es habernos comportado como un verdadero equipo en todo momento, los tres integrantes fuimos a todos los PCs juntos, jamás nos separamos más de unas decenas de metros entre nosotros. Obviamente nos consta que ésta no es una práctica muy común, tal vez en extinción.

Pero así debería ser hecho en este tipo de pruebas. Bueno, qué se le va a hacer...quedamos recontra calentitos con nuestra ubicación en el ranking, aunque fue muy apretada en puntos con respecto a los equipos de arriba. Esta vez se volvió muy competitiva esta categoría, reconocido por el propio Leo, que tuvo que afinar el lápiz para no equivocarse en las ajustadas cuentas.


En el transcurso de ésta e incluso de las otras ediciones anteriores, constatamos que los (niños y no tan niños) integrantes de algunos equipos se quedaban a descansar en puntos intermedios, mientras alguno se turnaba para acudir al encuentro de los PCs a cierta distancia de la parada de descanso. Incluso vimos, no nos lo contó nadie tampoco, algunos corredores con varios pasaportes. ¿Y ésooooo? Ah, ¿las damas quedaron retozando a la sombra, allá lejos? Y si, qué necesidad también de embarrar esas costosas calzas, ¿no?
 
Excelente !!!  Andá enseñándoles ya de chiquitos también a tus hijos a hacer "trampa". Viveza criolla, que le dicen, es inevitable. Si los adultos corren carreras de orientación con GPS de muñeca, ¿qué te vas a poner a joder con estos detalles menores de la participación infantil? No seas enfermooo!!!

Si, ya sé, te lo ponés para medir solamente lo que recorriste, como para saber al final....pero...no seas malo...usá el Google Earth....después...en tu casa...¿no te parece? Sacátelo, dejate de joder, se te va a embarrar al pedo...calculá el ritmo y los minutos transcurridos para saber lo que recorriste, buscá algo en el mapa que te indique, hacé como se hacía antes, como hacen los "pobres y/o tontos honrados", ¿no?


En el caso nuestro, jamás tuve que "empujar" a mis compañeros a acompañarme a un PC, al contrario, tenía que quitarles la ansiedad constantemente, para ahorrar sus valiosas energías. Se peleaban siempre por ver quién llegaba primero y lo podía registrar, o al menos leerlo antes que nadie. Y éso, como integrante de mi equipo y principalmente como padre, me deja más que orgulloso.


Me consta que más de un laureado atleta, o al menos asiduo integrante de este sub-mundo peculiar, fue acompañado por sus hijos y seguro que no puede sentir el mismo orgullo, porque no hizo nada de éso, tal vez ni parecido.

Y así se veían pequeños sin una sola mancha de barro, nada de nada, niños y niñas todos peinaditos e inmaculados, como para ir a un cumpleaños en Mc Donald's, con una suma de puntos importante en el pasaporte y grandes glorias, tal vez condecoradas alguna vez con más medallas o trofeos que nosotros. ¿Seremos tán giles?


Pero bueno, te felicito, lo importante para mí es lo otro, aunque realmente te recaliente en el momento, es inevitable. Lo fundamental debería ser lo que les dejás a tus hijos, no una medallita de m..... más que pasará al olvido rápidamente y que ni siquiera en este caso conmemoraban esta carrera. Ah, ¿cómo? ¿la IML hizo medallas de más y vos decís que el clavijo fue grande? Ah, perdón... Ta, no importa... ahora que nos quiten el barro y lo bailado sobre él, qué me importa.

Me olvidé de comentar que medias y Reeboks fueron directo al contenedor, con gran dolor. Y a pesar de esta lamentable desaparición física, ya estamos esperando la siguiente edición !!!

Prometo solemnemente ante esta Web, que también intentaré renovar el calzado de Agustín para la próxima.