Una jornada espectacular, donde el tiempo acompañó plenamente, pues no faltó la lluvia intermitente, el viento, mucho barro, todas las cañadas crecidas, falta total de leña seca y mucha bosta por doquier.
En definitiva no hubo bajas, los 9 volvimos salvos, aunque en algunos casos tal vez no tan sanos.
Fue una "carrera de aventura" pero sin carrera, solamente pura aventura.
Estuvo impresionante, fue como comerse solo la frutilla de la torta, como sacarle el dulce de leche a la torta de la suegra y tirar el resto, como comerse el corazón de la sandía, elegir solamente las mejores uvas del racimo.
Nada de estrés por llegar a los PCs a tiempo, ni dramas por alcanzar las transiciones.
Solamente nos decidimos a degustar uno de los ingredientes más atrapantes de este tipo de carreras, la navegación nocturna.
Y fue realizada por el mero hecho de vivirla, sin metas ni objetivos de ningún tiempo a cumplir.
El propósito eran los medios y no el fin, era los "por dónde", y no tanto los "a dónde".
Las metas eran simbólicas, simplemente planteadas para poder vivir los medios de alcanzarlas de una forma más o menos pensada de antemano.
Y se nos fue la mano, a nadie se le puede ocurrir coronar esos cerros a las 02:00 AM, sin luna, en gran parte sin trillos, cruzando montes naturales.
Y menos aún, a ningún organizador se le ocurriría plantear una travesía sin siquiera conocer de antemano el recorrido, o al menos tener una idea de la zona en general que se iba a transitar.
La analizamos un poco por Google Earth, el mapa del Ejército y ya con éso nos bastó.
Y lo medular del ejercicio fue un éxito total, más o menos a la hora prevista, los 2 equipos nos reunimos en una cima, en medio de la oscuridad total, habiendo ascendido por trayectorias totalmente opuestas, con rodeos previos con dificultades importantes.
Fue como un milagro encontrarse con esas luces amigas precisamente frente por frente al rumbo que tomábamos, luego de atravesar cañadas, confusos senderos, montes tupidos y terminar ascendiendo por unas rocas enormes, a las que nos teníamos que prender como garrapatas.
Dificil de compartir con palabras lo que se vivió en esa cumbre, las vivencias previas y también las posteriores.
Iniciamos la expedición al bajarnos del bus a las 22:30 del viernes y la culminamos a las 15:00 del sábado al volver a subirnos.
Si habrá para contar...
Seguramente no faltará algún relato. Siempre breve y concreto, como es de costumbre, jajaja...
Y gracias a Pablo poseemos un sinfín de fotos y videos, están notables, muchas gracias por el esfuerzo.
Habrá que ver el resto del material gráfico obtenido, pero ya con lo que vimos hay bastante.
Ampliaremos...