La previa de la De Sol a Sol, 230km de demencia pura

Fin de semana previo a la "De Sol a Sol", hicimos algo de MTB, Running y Canoa, como para engañar el cuerpo, para supuestamente prepararlo un poco para esa famosa fórmula "80% mental, 20% físico".

Por suerte el 80% ya lo veníamos entrenando hace tiempo, las semanas previas han transcurrido inexorablemente y nuestra principal actividad de preparación se limitó simplemente a pensar en la carrera. Para qué salir a perder el tiempo a ejercitarse ? Por un mísero plus del 20% que prácticamente no haría la diferencia ?

Afortunadamente, la organización agregó ahora unos 30km más a la prueba, por si eran pocos, llevándola a 230km en total, pero supuestamente asegurando mejores trayectos, más rápidos, de tránsito supuestamente menos pesado.

También pronostica que el equipo ganador andará en las 22 horas, así que nosotros seguramente alcanzaremos la meta en un poco más.......un poco más de 2 días !!!

Mucho barro, cañadas, ambas luces obligatorias en la bici, traje de neopreno y 2 pares de calzado aconsejados, tarrito para achique y cuerda de rescate para la canoa, la cual tendrá un tramo nocturno. Comida de poco volumen y mucho poder energético, encuentro con los pertrechos propios (ropa, comida y bebida) solamente 2 veces en el correr de toda la prueba.

Son algunos de los condimentos que se dan a conocer a pocas horas de la prueba.

Arrancamos este sábado a las 06:50, rumbo a Pocitos en la bici, a buscar a Diego al 9.500, para luego ir al encuentro de Gabriel al 4.000. Seguimos hasta la Estación de AFE y allí retornamos, hasta llegar de un tirón al Parque Roosevelt completando nosotros unos 54km. Diego y Gabriel equipararían la distancia total al retornar en las bicis, al final de la actividad.

Desde el Roosevelt comenzamos un breve Trekking de 10km, internándonos desde Camino Carrasco con dirección norte, bordeando el aeropuerto, como en dirección a la Ruta 102, allá al fondo del mismo, transitando por los intransitables Bañados de Carrasco.

Las mochilas a la espalda, portadas al igual que en el tramo de bicis, fueron nuestras compañeras inseparables en un par de caídas y encuentros cercanos con el barro reinante, un reducido trillo que conocíamos y que hace unos 12 años hacíamos cotidianamente en bici, incluso casi todo era posible de transitar en auto y que ahora era casi imposible hacerlo a pie, al menos a buen ritmo en todo el trayecto. Qué fue lo que pasó allí ??

Las innumerables e inconfundibles huellas de MTB nos indicaban que esa zona debe ser frecuentada por toda la jauría amante del barro, un buen lugar para entrenar la disciplina, algo desconocido, muy cerca de Montevideo.

Fueron unos 4-5 km trabados de dificil tránsito, con muchísima agua aún a pesar de hacer ya días en que no llovía.

Sirvió para ir metiendo la cabecita en ambiente, solamente para éso, pues el ejercicio físico constituyó en sí algo menor, incomparable con la competencia prevista, el cual incluso tuvo numerosos pasajes de caminata.

Completamos los 10km cruzando el Parque Roosevelt casi de punta a punta, en diagonal, para ir en busca de nuestra vieja amiga la canoa blanca, que nos aguardaba, junto al paciente Mauricio, en el Club junto al Lago de la Botavara, quien fue avisado de que llegaríamos un poco más tarde de lo previsto.

Todo el itinerario de encuentros entre nosotros, horas y lugares, estaba minuciosamente previsto de antemano, pero el Trekking había comenzado un poquito tarde, y era seguro que se extendería más allá de lo que habíamos pensado. El recorrido fue bastante sorpresivo, el actual estado de esos caminos, incluso para nosotros, que lo habíamos elegido especialmente.



Arribamos al fin al Club, Mauricio aguardaba mirando el horizonte, ansioso por salir a recorrer aquel desafiante lago, esperando por la última disciplina para nosotros, que en definitiva era la primera para él.

Arrancamos con remo simple, como siempre, Gabriel y yo en la "nuestra", Diego y Mauricio en la amarilla, la destartalada "compañera alternativa" de otras salidas anteriores.

Bordeamos el lago en sentido horario, hasta que en determinado momento, al haber entrado en temperatura muscular ideal, se planteó una carrerita, como no podía ser de otra manera.

La meta era una de las lejanas boyas al centro del lago, hacia la orilla de la Av. Calcagno. Se dio la voz de partida y allá salimos.

Inmediatamente, la sonora rutina del remo vigoriso, hecho a muerte, para no quedar atrás ni un cm, fue acompañado de nuestros gritos: "Aguaaa....aguaaa....Gaby....aguaaa"

Gabriel iba adelante, estaba lejísimos, en una canoa para 3. Se sorprendió de que nuestra blanca compañera ya estuviera haciendo agua, no podía ser. En realidad, el problema era que nos estaba bañando con sus vigorosas paladas con litros y litros de refrescante agua dulce.

Nuestra loca trayectoria se vería desplazada casi siempre a la izquierda, teniendo que compensar constantemente, pues Gabriel no podía remar normalmente de ese lado, al menos a ese ritmo requerido, por molestias de tantas sesiones de piscina acumuladas, con miras al Medio de Punta.

Diego y Mauricio describieron una trayectoria un poco más recta y terminaron alcanzando la boya un par de segundos antes. Fuimos derrotados!!!

El esfuerzo se hizo sentir, sumado a lo que habíamos hecho antes de llegar al lago. Éso fue tal vez lo que nos hizo completar un solo recorrido por el lago, a diferencia de salidas anteriores. Lo hicimos bordeando la orilla, salvo al final sobre Punta Cala, donde con Gaby ensayamos una recta, tomamos una cuerda y nos ahorramos unos cuantos metros, para terminar de una vez en el muellecito de salida, esperando a Mauricio y Diego que aún peleaban con el viento y las olitas, completando un riguroso recorrido por la rivera del lago.



Antes de retirarnos del Club, coordinamos los últimos detalles del traslado de la canoa con Jesús, uno de los encargados del lugar, quien nos regaló su vigorosa sonrisa y simpatía, una vez más, como es costumbre. Al salir nos encontramos con un triatleta, quien acondicionaba su bici de 3 lucas en el soporte del auto, una Quintana Roo de fibra de carbono, totalmente concebida y acondicionada para Triatlón. En los breves momentos que logramos dejar de mirarla, conversamos con aquel peculiar atleta, al parecer oriundo de Treinta y Tres, escuchando sus peripecias en el Medio Ironman de Punta del 2008. Ahora se estaba preparando -ya tardíamente- para la edición 2009, por lo que seguramente se encontrará con Diego y Gabriel, al menos en la línea de largada. Luego se verá si se vuelven a encontrar, de acuerdo a como llegue cada uno de ellos a ese momento culminante, luego de completar sus insoportables preparaciones.



Retornamos a casa para la "trancisión" donde habían quedado las bicis, para que ahora Diego y Gabriel retornaran a Montevideo, para finalizar un sábado distinto, un micro-simulacro de la De Sol a Sol.

Quedan ahora muy escasas horas para lograr definir, procurar y acondicionar todos los pertrechos.

Este ejercicio fue simplemente una "muestra gratis sin valor" de lo que viviremos el fin de semana que viene, en una aventura irrepetible.

Irrepetible al menos para mí, porque luego ya no me agarrarán ni en pedo para ésto. Al menos éso es lo que pienso ahora, hoy.