Sábado 14/11/2009: Cuervitos en Carrera de Aventura PTU (Proyecto Team Uruguay)

A partir de las 16:00 Hrs. del sábado estaba previsto llevarse a cabo la segunda etapa de las Carreras de Aventura infantiles, organizadas por PTU (Proyecto Team Uruguay), a cargo del conocido corredor internacional de este tipo de carreras -y también organizador-, Ruben Manduré.

Una fiesta completa de principio a fin para todos los niños que se dieron cita junto a sus padres, quienes varios de ellos terminaron apoyando en el tema seguridad del circuito, transiciones, etc.

Los niños inscriptos compitieron constituyendo dos grupos, con largadas separadas e independientes, un grupo que arrancaba desde 4 hasta 8-9 años y otro de allí hasta 12 años.

Ambas carreras se desarrollaron en los alrededores del Lago de la Botavara, con recorridos muy similares entre sí. La etapa de los niños mayores contaba con algunos metros más de MTB, el resto era idéntico, todo con numerosas transiciones.

Detalle de disciplinas y distancias aproximadas:

Trekking I : 250 mt
Kayak I: 360 mt
Trekking II: 510 mt
MTB: 1200 mt
Trekking III: 250 mt
Kayak II: 360 mt
Trekking IV: 250 mt

Total aprox: 3,180 mt

La largada era en el predio cercano al Club Acal, sobre el propio borde del lago. Se inició con un running/trekking, todos largaron ya con los chalecos puestos, se dirigieron por afuera del recinto hasta la playita ubicada sobre la caballeriza cercana, a la derecha de la entrada del club.

Desde allí, cruzaban el lago en kajak hasta la península de enfrente, la que se prolonga desde atrás de la fábrica, introduciéndose en el medio del lago. Dejaban todo allá y se volvían corriendo, en un segundo trekking bordeando siempre el lago, a buscar las bicis que aguardaban en el parque cerrado junto a la largada.

Tomaban las MTB y salían nuevamente por afuera del recinto del club, rumbo a la caballeriza, para bordear el lago pero ahora por el otro costado, luego de hacer un tramo de pasto, algo de arena y el resto todo balastro. Se hizo un ida y vuelta hacia Calcagno, para retornar por el mismo camino al punto de partida de la bici, en el área cercana a la largada.

Desde allí se vuelve a hacer un trekking hacia la península, a buscar los kayak que allí dejaron, para volver a cruzar el lago y desembarcar en la playita desde donde hicieron la primer etapa con los mismos.

Dejaban sus chalecos allí y terminaban con un trekking desde la playita hasta el arco de llegada que los aguardaba en el club.

Si bien todos los equipos recibieron sus medallas y premios por participar, que en definitiva era lo más importante a resaltar más allá de las posiciones, no podemos evitar comentar con muchísimo orgullo que el Cuervito Martín Caffarena ganó, con sus 7 años, junto a un compañero de equipo coyuntural, Santiago Cazenave, la carrera de los más chicos.

La competencia era obligatoriamente por equipos, de 2 ó 3 integrantes y solamente iba a participar Martín. Agustín tampoco podría acompañarlo por su diferencia de edad.

Entonces, la organización le asignó un compañero para constituir el improvisado "equipo". Fue el último en llegar, en medio del ataque de nervios que Martín ya presentaba a esa altura, viendo que se venía la hora de largar y aún no tenía compañero para poderlo hacer. Comenta su madre que el niño estaba totalmente fuera de sí.

Ya desde varias horas antes de ansiedad, Martín había preparado su mochila, la cual en definitiva nunca llegó a utilizar, obviamente. Vació de ella todos sus cuadernos, libros y demás útiles del colegio y la comenzó a llenar nuevamente, pero con botellas de hidratación, brújula y hasta un cortaplumas multiuso, entre otros pertrechos. Se estaba equipando como para correr una De Sol a Sol. Le faltaba la manta térmica y ya quedaba pronto.

Volviendo a la carrera, al final llegó a tiempo su compañero de equipo, largaron con todo el entusiasmo y energía alimentados y acumulados durante toda la previa. Fueron punteros casi de principio a fin, a medida que iban superando todas las disciplinas impuestas ya detalladas.

En particular, generaron una buena ventaja en la primer etapa de kayak, donde se comenzaron a despegar del resto. Dadas las dificultades que se preveían dentro del lago, especialmente para los más chicos, la organización decidió asignarles el apoyo de un tercer integrante transitorio durante el remo, un niño de las categorías mayores, hasta 12 años. Algunos otros equipos llegaron a tener incluso asistencia de adultos, dada la corta edad de sus integrantes "oficiales".

El integrante de apoyo en el caso de Martín y Santiago fue el otro Cuervito allí presente, su hermano mayor Agustín Caffarena, quien tuvo un rol muy importante en ambas etapas de kajak, las cuales fueron bastante duras, especialmente considerando el viento que se presentaba en contra, al hacer el cruce final.

El kajak que utilizaron era para dos, por lo que Santiago, que iba situado en el medio, no pudo remar. Los remos dobles eran demasiado largos como para usarlos de a tres simultáneamente en el kayak, hubiera sido emprender esos cruces a puro palazo en la cabeza.

Una experiencia jamás vivida por ellos, hacer la primer carrera de este tipo, mantenerse en punta y terminar ganándola, ante los ojos atónitos de sus padres, imposibilitados de realizar una proeza similar en sus propias carreras. Estaban viviendo esa gloria a través de sus pequeños.

En general estaban -o mejor dicho estábamos- bastante más nerviosos y ansiosos que los propios corredores, especialmente una vez que se comenzó a vislumbrar como iba a ser el desarrollo y desenlace exitosísimo de la carrera.

Una alegría inmensa para los chicos, en el caso de Martín Cuervo -al igual que Agustín-, hasta ahora solamente había participado en running, en alguna San Antonio, La Barra-Manantiales, Neptunia, San Luis, Prado, etc. También contaban con algunas horas de remo en canoa en ese mismo lago, pero siempre con remo simple (pala). Los remos dobles ahora constituían toda una novedad.

Luego de esta primer experiencia en "carrera de aventura" y de acuerdo a lo que se percibió de cómo la vivieron, va a ser muy dificil mantenerlos apartados de todo ésto, les encantó.

Y para los padres, ni hablar, verlos aventurarse solos, en medio de ese enorme lago y luego verlos llegar a la meta, más allá de las posiciones, no tiene precio. "Es algo que el dinero no puede comprar".


Todo el evento fue organizado en forma espectacular, con todos los detalles al estilo personal y profesional de Ruben Manduré. Todo impecable, con buena onda en todo momento de parte de la organización. Y el efecto en los niños fue impresionante, seguramente estaremos presentes en las próximas ediciones. No habrá cómo decirles "no".

A continuación puede reproducirse un compacto de la carrera en video.