
Al igual que las cárceles, así de superpoblados deberían estar también los manicomios en Uruguay, el camión de los orates debería haber pasado el rastrillo ayer en Sauce, para llevarse a todos esos insanos que alteraron la tranquilidad dominguera del pueblo, corriendo inicialmente como una tribu desafiante alrededor de la plaza y después aullando de frío por gran parte de la ciudad.


Ayer el dorsal pesaba más de la cuenta, por la escarcha que acumulaba. ¿Acaso fue por éso que Fernando se lo sacó? O acaso...
Estaba frío hasta para mirar la carrera desde un auto, el viento nos inflaba las velas por la ruta, éso era espectacular, pero luego nos abofeteaba de frente unos metros antes de llegar al arco.
Fue increíble y admirable ver a numerosos amigas y amigos atletas que en definitiva no la corrieron, que simplemente fueron a acompañar y apoyar.
El circuito circular permitió que el viento también nos golpeara de costado durante un buen rato, cuando nos alejábamos de la ciudad por el acceso principal.
Para los que piensan ir a Rosario, ésta constituyó una excelente previa, para poder entrar en el tema frío polar.
Y para los que están culminando su preparación para la M de Montevideo, tampoco viene mal, pues el Pampero sobre la Rambla se adquiere siempre directo de fábrica, sin intermediarios.
A pesar del malicioso clima, se dieron cita 4 Cuervos, los cuales al llegar, cortafierros en mano, procedieron a retirar el hielo de los alerones, para poder comenzar una nueva etapa, todos en situaciones y con aspiraciones muy diferentes.

Para Marcelo, fue un reenganche con el campeonato, luego de haber salteado Parque del Plata, entrando ahora en franca preparación para Punta del Este.


Agradecemos a los amigos Halcones por las fotos de las que nos hemos apoderado indebidamente, para darle un poco de color ajeno a esta página invariablemente gris.
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