En una mañana espectacular y primaveral de sábado, completamos el long pactado de 30km, sin pena ni gloria, con miras a la M de Rosario. Desde un principio, realizado en forma muy llevadera, casi sobrada, parecía que lograríamos incluso superar esa distancia sin ningún tipo de problemas.
Pero llegado el 28, el 29, se precipitó abruptamente la noche oscura, la inminencia mental del 30 coincidiendo con las cercanías del oasis metálico del Museo Oceanográfico, hizo que nuestras piernas dijeran "no va máaaaassssss...hasta aquí llegamos".
El destino final previsto era el Mojón 9500 sobre Buxareo, pero las diversas idas y vueltas para no alejarnos mucho de Diego, nuestro compañero de long de esa mañana, hizo que los 30km se completaran 2000 metros antes, ya en el Buceo, al retornar desde el este.
Diego hace sus heroicas primeras armas en estas distancias, con miras a la M de Montevideo, con muy poquitos longs encima, incluso debutando en 21k en Punta 2009. Una locura.
Personalmente, habiendo ahora llegado a completar este long, que constituye un hito importante en la preparación, superado en forma más o menos aceptable, paradójicamente decidimos que era el momento y lugar oportuno para "bajarnos" del camino hacia la M de Rosario, pero con la frente bastante alta. Una decisión estúpida e incoherente en el momento, pero que seguramente el tiempo volverá totalmente cuerda, acertada y oportuna.
¿Por qué? Simplemente para no invertir un monto importante de dinero en una aventura que resultaría muy mediocre, al finalizar con un guarismo para el olvido. La falta de convencimiento firme en lograr un buen tiempo, que ya se había instalado desde los meses previos, facilitó la ahora dificil decisión de abortar. Tal vez ya se estaba esfumando el fantasma de no poderla terminar, convocado en un principio por una preparación precaria e insuficiente y con meses anteriores de muy poca actividad.
Pero al transitar ya por la quinta Maratón, ésto ya no resulta suficiente incentivo, hay que buscar otros ingredientes para lograr salir en el día a día, semana a semana, mes a mes.
Se abre ahora una excelente oportunidad, ya libre de toda presión. La posibilidad de proseguir la preparación y seguir sumando longs semanales, sin lesiones, con mente y cuerpo intactos.
Aprovechando ya este fin de semana la M de Montevideo, tal vez acompañando algún amigo en forma "furtiva", durante algunos tramos largos.
Y luego se verá, tal vez agregando algo de bici, con alguna nueva competencia, nuevos terrenos y combinaciones, y seguramente también un cambio radical en el plan de entrenamiento para M.
Ahora estamos con la mira reposicionada en Punta 2009, con tiempo suficiente de encarar una preparación más o menos seria, partiendo además de una base más que aceptable como para comenzarla con interés renovado. Buscando el entusiasmo donde ya casi desapareció.
El hecho de quitarle las telarañas año a año al viejo plan de JP de Colonia 2006, por simple comodidad o pereza, ha llegado inexorablemente a su fin. Hemos usado y hasta abusado de él, en estas 4 maratones anteriores. Seguramente el propósito original de esa planificación era simplemente el poder llegar a la meta y no tanto satisfacer pretensiones de bajar tiempos, por más magros que éstos resulten a la vista de la mayoría de los corredores.
Se impone ahora la necesidad de aumentar la calidad del mismo, enriqueciendo las pautas diarias con nuevos complementos, con técnicas, series y pasadas, no solamente a base de fondos, como resulta ser el 90% de su contenido original.
Y arrancaríamos con una buena serie de Longs en el lomo, en definitiva no resultarían en vano si ahora la nueva mira puesta en la M de Punta del Este 2009 la encaramos como un desafío de bajar los tiempos anteriores, en lo posible en forma significativa.
Luego también estará por allí cerca Buenos Aires, como para un dobleM 2009 o como alternativa única ante algún imprevisto que pueda surgir en el camino hacia Punta.
Esta decisión también nos permite aproximarnos a otros compañeros en la nueva preparación, pues la órbita con trayectoria hacia Rosario a esta altura la estábamos recorriendo en la más completa de las soledades. Y éso, no ayuda para nada.
Domingo 17/05/2009: Misión GT Piriápolis
El día previo recorrimos todo el circuito que por suerte ya estaba bastante señalado, detectando un error en el dibujo del organizador, el cual habíamos estudiado con detenimiento en la previa.
Parecía imperceptible el error, en realidad no se llegaba a subir nunca a la vía pavimentada de acceso al Cerro del Inglés (San Antonio) según indicaba el planito. En realidad se tomaba una de las 3 calles que nacen sobre los puestos de los pescadores (la más empinada, sobre la izquierda), se transitaba toda, hasta llegar a un trillo que le pasaba de costado al cerro, a media altura, por decirlo de alguna forma. Una estrecha vía de barro y piedras, que nos pondría detrás del Cerro, sobre el Camino Vecinal, para luego dirigirnos desde allí al acceso al Cerro del Toro y luego retornar al Argentino Hotel recorriendo la periferia norte de la ciudad.
En resumen, resultó una prueba bastante accesible para nosotros simples novatos mortales. Todo a pesar de que la bici no ayudó, ni tampoco estamos entrenados en absoluto sobre ella. Y lo del kayac era toda una sorpresa.
Lo que en un principio parecía harto dificil al recorrer a pie el día previo, luego se convirtió en algo distinto, divertido, hicimos todo el recorrido siempre corriendo, incluso por barro, piedras y hasta pequeñas rocas, salvo durante los pronunciados repechos.
Y luego, en la bici, fue más divertido aún.
En el Running arrancamos con Roberto "RobertUF" Barreto y Gustavo "Veloz" Martínez, con quienes nos encontramos sorpresivamente minutos antes de largar. De principio a fin mayormente charlando, muy tranqui, incluso sobrepasando gente ya por el Puerto, a veces a 05:30, a veces a menos. En los peores repechos caminábamos, no se ahorraba mucho si uno seguía corriendo sin parar -a un ritmo posible-, tal como constató Roberto la primera vez.
Fuimos a visitar la propia estatua del Toro, por encima de los 130mt sobre el nivel del mar.
Subimos por sus escaleras, e incluso subimos un poco más aún, unos escalones interminables a sus espaldas, para saludar al señor de la planilla de control, ubicado caprichosamente allá arriba.
Ese km fue realizado a 08:15!!!. Tuvimos nuestra retribución en la gran bajada al retornar de esa visita, allí nos unimos al grupo de UF nuevamente y comenzamos un nuevo tramo rústico, con agua, barro y mucha piedra, pero siempre trotando, siempre mirando de no pisar mal una roquita y dejar el tobillito allá arriba incrustado en el Cerro.
Llegamos los 3 juntos al arco, luego de una pronunciadísima subida de balastro y el resto muy light, todo asfalto, mayoritariamente en bajada y luego plano hasta la Rambla.
En la transición a bici se nos perdieron ambos compañeros de Running, tuvimos la mala suerte de que el único arbolito/arbusto de la zona estaba sobre nuestra MTB (parecía que estaba allí como para esconderla, por vergüenza), se nos enganchó un cordón de la campera con el GPS, el casco, todo un enriedo. Roberto y Gustavo arrancaron en sus excelentes birrodados y nosotros aún a medio desvestir/vestir. Había que quitarse la pechera de la organización para ponerse la campera por debajo de ésta. Éso también obviamente hay que entrenarlo. Por ello figuramos casi con 4 minutos más de Running en la planilla que lo real, que, según nuestro registro, fue de 56:56m, para un recorrido aproximado de 9600mt. Obviamente muy tranquilo.
Luego la MTB a mil por la Rambla, claro, hasta llegar al primer repecho. Allí terminó todo. Hasta la organizadora de Timing Uruguay, Suca, o como quiera llamarse, paró a sacarnos una foto, daba risa, parecíamos un nene llevando su triciclo al costado, imposible subir aquello pedaleando, ya en la primer vuelta, en el primer repecho.
Luego que el terreno se niveló un poco por allá arriba, otra vez ganamos buena velocidad sobre la MTB, hasta llegar al primer trillo en la falda del San Antonio. Todo lo que no constituía un repecho lo hicimos montados en la MTB, sorteando barro, piedras y rocas. Todo muy divertido, diferente.
También fue divertido constatar que, parados sobre los pedales y con frenos a fondo, la bici no paraba, casi ni aminoraba. Esto sucedió especialmente en una bajada totalmente pedregosa, llena de pequeñas rocas (al parecer era un lecho rocoso al desnudo, casi seco de agua que baja del Cerro del Toro luego de cada lluvia).
El viernes previo estuvimos hasta la madrugada ajustando todo, cambios, cadena, frenos, luego de una última salida nocturna de bici, pero obviamente no fue suficiente. Era un tema de calidad y/o diseño. Para colmo, la bici llegó pinchada a Piriápolis, al otro día.
Volviendo al circuito, por fortuna no nos rompimos la cabeza no nos caímos una sola vez ni tampoco llegarnos siquiera a rasparnos nunca, la bici mantuvo la perfecta vertical en todo momento en que se utilizó.
Y si bien en los repechos, todos, absolutamente todos nos pasaban con las MTB, hubo más de un super-power-elite-number-one-extra-full con muy buena ropa, casco y rodado de varios cientos de accesorios y de dólares que, luego, en la segunda vuelta se las vio negras, también tuvo que bajarse a llevar la bici al costadito, como fue la constante para uno mismo. Tanto en el ascenso lateral del San Antonio como luego en el Toro.
En definitiva, el doble recorrido de bici, siempre en solitario, no llegó a ser totalmente extenuante y por los ingredientes de dificultad y lo "curioso" del piso se hizo más que llevadero, al menos para nosotros era toda una novedad. Lo único negativo era no poder atacar los repechos como correspondía, por falta de fuerza en las piernas, entrenamiento y también por falta de bastante bici. Era la más barata de todas, no había vueltas, y éso, lamentablemente, pesa bastante. Cómo pesaba !!!
Lamentablemente no nos encontramos durante el recorrido con ninguno de los 4 compañeros de trabajo, que competían en 2 equipos. Éso hizo que largáramos desfazados, pues nosotros participábamos en solitario y largamos 15 minutos antes. Solamente nos encontramos al finalizar las tres disciplinas, recién allí corroboramos que todos aún estábamos vivos.
Finalizamos la etapa de MTB sin pena ni gloria, luego de 1 hora 30 según el tiempo oficial, bastante descansados porque la porción final era una pronunciada y extensa bajada, seguido de un tramo recto final de avenidas pavimentadas.
En algún momento, nuestro GPS registró una máxima nada despreciable de 49km/h de nuestra modestísima MTB Winner (idéntica a la actual Prisma XT de U$S99 en Motociclo). El casco que nos prestó Fernando Cuervo costaba obviamente más que el valor de reposición de nuestro rodado.
Seguramente ese guarismo fue logrado en la bajada final de una de las 2 vueltas, sobre asfalto y/o hormigón.
Se acercaba la etapa final, la más inesperada y menos preparada, en realidad la NADA-preparada. Ni siquiera llegamos a mirarlos de cerca ni sentarnos sobre uno de los Kayacs estando aún en tierra, cuando ya estaban dispuestos en la arena desde temprano, para ver cómo eran, por lo menos para constatar como había que ubicarse dentro. Eran de 3 plazas, para un navegante solitario, sobraba bote por todos lados.
Nos hicimos a la mar, dejando el casco, los guantes y agregando un obligatorio y molesto chaleco salvavidas, además del remo doble.
El amigo GPS inseparable pasó de la muñeca a una bolsa de súper, atada a la altura del pecho y allá salimos mano a mano con él, casi intentando no tocar el agua con nuestro calzado de running. Al poco tiempo, ya en zona de no dar pie, las olas se encargaron de recordarnos "La Tormenta Perfecta", "El Titanic", "Pesca Mortal", "A Prueba de Todo", qué se yo...
Las bajadas que se producían entre ellas eran interminables, el kayac se daría vuelta de campana de un momento a otro. Pero no pasó nada. A pesar de los dolores y la incomodidad de las piernas cansadas, logramos llegar al Puerto describiendo una trayectoria bastante recta, tratando de ir mejorando lentamente la eficiencia en el uso del remo.
Increíblemente, la mayor incomodidad no estuvo nunca en los brazos, sino a esa altura del cansancio, en la disposición de las piernas.
Se lograba avanzar en la dirección correcta en la mayoría de los intentos de remar. Luego de acercarnos al control en la propia entrada del Puerto, tras una interminable ida de casi 1.5km, retornamos recorriendo una rara trayectoria curva aún más larga y penosa que recorría de cerca las playas del lugar, era como un city-tour, debido al viento, las olas y tal vez las corrientes marinas. Por momentos parecía que tendríamos que comenzar a esquivar uno a uno los diversos muelles de contención de arena clásicos de esas playas.
Al fin llegamos nuevamente al punto de partida, dejamos la embarcación por allí nomás, para subir al arco sobre la Rambla, completando esta nueva aventura en 02:52:52 oficiales.
El balance fue altamente positivo, novedoso y divertido en gran parte, más allá de la penuria de tener que remar en solitario. Es como para repetir, aunque es un evento caro, con retorno bastante pobre, seguramente por los escasos cupos, que en este caso ni siquiera se completaron, llegando a un total aproximado de 83 participantes.
Hay que pagar inscripción, posiblemente uno tenga también que alquilar el chaleco, el remo, el casco, hasta la bici, etc, etc, y ni siquiera se habilitó esta vez el sistema de chip prometido, pues se corría una etapa de la AAU y Timing Uruguay obviamente no posee la infraestructura como para soportar 2 eventos simultáneos. Hubiera sido oportuno avisarnos antes, pues ellos ésto ya lo sabían con bastante anticipación, hace meses. Habrá una próxima Misión? Quizás Atlántida? Quizás Minas? Seguramente ésta no fue la última, éso es seguro.
Alguien nos preguntó si esta aventura era comparable en desgaste a una Maratón, a instancias de algún comentario que hizo algún allegado nuestro sobre este tema en la previa. Nada que ver. Por ejemplo, a ninguno de nosotros en ningún momento se nos pasó por la mente que no pudiéramos terminar esta prueba, como sí nos pudo haber sucedido muchísimas veces durante una M.
Si bien nos faltó fuerza en muchísimos puntos críticos, también preparación de MTB, entrenamiento, nunca llegamos a agotar completamente nuestras reservas, como si acontece seguramente al completar la distancia reina. No hay caso, es otra cosa. Luego de esta prueba podíamos trotar perfectamente, andar algún tramo en bici, incluso ayudar a empujar un auto que no arrancaba, casi por 5 cuadras planas.
En resumen, un evento muy recomendable para cualquier novato aficionado dispuesto a gastar algún peso de más, que comenzó a percibir que el Running se le está volviendo algo monótono y sin sabor.
Parecía imperceptible el error, en realidad no se llegaba a subir nunca a la vía pavimentada de acceso al Cerro del Inglés (San Antonio) según indicaba el planito. En realidad se tomaba una de las 3 calles que nacen sobre los puestos de los pescadores (la más empinada, sobre la izquierda), se transitaba toda, hasta llegar a un trillo que le pasaba de costado al cerro, a media altura, por decirlo de alguna forma. Una estrecha vía de barro y piedras, que nos pondría detrás del Cerro, sobre el Camino Vecinal, para luego dirigirnos desde allí al acceso al Cerro del Toro y luego retornar al Argentino Hotel recorriendo la periferia norte de la ciudad.
En resumen, resultó una prueba bastante accesible para nosotros simples novatos mortales. Todo a pesar de que la bici no ayudó, ni tampoco estamos entrenados en absoluto sobre ella. Y lo del kayac era toda una sorpresa.
Lo que en un principio parecía harto dificil al recorrer a pie el día previo, luego se convirtió en algo distinto, divertido, hicimos todo el recorrido siempre corriendo, incluso por barro, piedras y hasta pequeñas rocas, salvo durante los pronunciados repechos.
Y luego, en la bici, fue más divertido aún.
En el Running arrancamos con Roberto "RobertUF" Barreto y Gustavo "Veloz" Martínez, con quienes nos encontramos sorpresivamente minutos antes de largar. De principio a fin mayormente charlando, muy tranqui, incluso sobrepasando gente ya por el Puerto, a veces a 05:30, a veces a menos. En los peores repechos caminábamos, no se ahorraba mucho si uno seguía corriendo sin parar -a un ritmo posible-, tal como constató Roberto la primera vez.
Fuimos a visitar la propia estatua del Toro, por encima de los 130mt sobre el nivel del mar.
Subimos por sus escaleras, e incluso subimos un poco más aún, unos escalones interminables a sus espaldas, para saludar al señor de la planilla de control, ubicado caprichosamente allá arriba.
Ese km fue realizado a 08:15!!!. Tuvimos nuestra retribución en la gran bajada al retornar de esa visita, allí nos unimos al grupo de UF nuevamente y comenzamos un nuevo tramo rústico, con agua, barro y mucha piedra, pero siempre trotando, siempre mirando de no pisar mal una roquita y dejar el tobillito allá arriba incrustado en el Cerro.
Llegamos los 3 juntos al arco, luego de una pronunciadísima subida de balastro y el resto muy light, todo asfalto, mayoritariamente en bajada y luego plano hasta la Rambla.
En la transición a bici se nos perdieron ambos compañeros de Running, tuvimos la mala suerte de que el único arbolito/arbusto de la zona estaba sobre nuestra MTB (parecía que estaba allí como para esconderla, por vergüenza), se nos enganchó un cordón de la campera con el GPS, el casco, todo un enriedo. Roberto y Gustavo arrancaron en sus excelentes birrodados y nosotros aún a medio desvestir/vestir. Había que quitarse la pechera de la organización para ponerse la campera por debajo de ésta. Éso también obviamente hay que entrenarlo. Por ello figuramos casi con 4 minutos más de Running en la planilla que lo real, que, según nuestro registro, fue de 56:56m, para un recorrido aproximado de 9600mt. Obviamente muy tranquilo.
Luego la MTB a mil por la Rambla, claro, hasta llegar al primer repecho. Allí terminó todo. Hasta la organizadora de Timing Uruguay, Suca, o como quiera llamarse, paró a sacarnos una foto, daba risa, parecíamos un nene llevando su triciclo al costado, imposible subir aquello pedaleando, ya en la primer vuelta, en el primer repecho.
También fue divertido constatar que, parados sobre los pedales y con frenos a fondo, la bici no paraba, casi ni aminoraba. Esto sucedió especialmente en una bajada totalmente pedregosa, llena de pequeñas rocas (al parecer era un lecho rocoso al desnudo, casi seco de agua que baja del Cerro del Toro luego de cada lluvia).
El viernes previo estuvimos hasta la madrugada ajustando todo, cambios, cadena, frenos, luego de una última salida nocturna de bici, pero obviamente no fue suficiente. Era un tema de calidad y/o diseño. Para colmo, la bici llegó pinchada a Piriápolis, al otro día.
Volviendo al circuito, por fortuna no nos rompimos la cabeza no nos caímos una sola vez ni tampoco llegarnos siquiera a rasparnos nunca, la bici mantuvo la perfecta vertical en todo momento en que se utilizó.
Y si bien en los repechos, todos, absolutamente todos nos pasaban con las MTB, hubo más de un super-power-elite-number-one-extra-full con muy buena ropa, casco y rodado de varios cientos de accesorios y de dólares que, luego, en la segunda vuelta se las vio negras, también tuvo que bajarse a llevar la bici al costadito, como fue la constante para uno mismo. Tanto en el ascenso lateral del San Antonio como luego en el Toro.
En definitiva, el doble recorrido de bici, siempre en solitario, no llegó a ser totalmente extenuante y por los ingredientes de dificultad y lo "curioso" del piso se hizo más que llevadero, al menos para nosotros era toda una novedad. Lo único negativo era no poder atacar los repechos como correspondía, por falta de fuerza en las piernas, entrenamiento y también por falta de bastante bici. Era la más barata de todas, no había vueltas, y éso, lamentablemente, pesa bastante. Cómo pesaba !!!
Lamentablemente no nos encontramos durante el recorrido con ninguno de los 4 compañeros de trabajo, que competían en 2 equipos. Éso hizo que largáramos desfazados, pues nosotros participábamos en solitario y largamos 15 minutos antes. Solamente nos encontramos al finalizar las tres disciplinas, recién allí corroboramos que todos aún estábamos vivos.
Finalizamos la etapa de MTB sin pena ni gloria, luego de 1 hora 30 según el tiempo oficial, bastante descansados porque la porción final era una pronunciada y extensa bajada, seguido de un tramo recto final de avenidas pavimentadas.
En algún momento, nuestro GPS registró una máxima nada despreciable de 49km/h de nuestra modestísima MTB Winner (idéntica a la actual Prisma XT de U$S99 en Motociclo). El casco que nos prestó Fernando Cuervo costaba obviamente más que el valor de reposición de nuestro rodado.
Seguramente ese guarismo fue logrado en la bajada final de una de las 2 vueltas, sobre asfalto y/o hormigón.
Se acercaba la etapa final, la más inesperada y menos preparada, en realidad la NADA-preparada. Ni siquiera llegamos a mirarlos de cerca ni sentarnos sobre uno de los Kayacs estando aún en tierra, cuando ya estaban dispuestos en la arena desde temprano, para ver cómo eran, por lo menos para constatar como había que ubicarse dentro. Eran de 3 plazas, para un navegante solitario, sobraba bote por todos lados.
Nos hicimos a la mar, dejando el casco, los guantes y agregando un obligatorio y molesto chaleco salvavidas, además del remo doble.
El amigo GPS inseparable pasó de la muñeca a una bolsa de súper, atada a la altura del pecho y allá salimos mano a mano con él, casi intentando no tocar el agua con nuestro calzado de running. Al poco tiempo, ya en zona de no dar pie, las olas se encargaron de recordarnos "La Tormenta Perfecta", "El Titanic", "Pesca Mortal", "A Prueba de Todo", qué se yo...
Las bajadas que se producían entre ellas eran interminables, el kayac se daría vuelta de campana de un momento a otro. Pero no pasó nada. A pesar de los dolores y la incomodidad de las piernas cansadas, logramos llegar al Puerto describiendo una trayectoria bastante recta, tratando de ir mejorando lentamente la eficiencia en el uso del remo.
Increíblemente, la mayor incomodidad no estuvo nunca en los brazos, sino a esa altura del cansancio, en la disposición de las piernas.
Se lograba avanzar en la dirección correcta en la mayoría de los intentos de remar. Luego de acercarnos al control en la propia entrada del Puerto, tras una interminable ida de casi 1.5km, retornamos recorriendo una rara trayectoria curva aún más larga y penosa que recorría de cerca las playas del lugar, era como un city-tour, debido al viento, las olas y tal vez las corrientes marinas. Por momentos parecía que tendríamos que comenzar a esquivar uno a uno los diversos muelles de contención de arena clásicos de esas playas.
Al fin llegamos nuevamente al punto de partida, dejamos la embarcación por allí nomás, para subir al arco sobre la Rambla, completando esta nueva aventura en 02:52:52 oficiales.
El balance fue altamente positivo, novedoso y divertido en gran parte, más allá de la penuria de tener que remar en solitario. Es como para repetir, aunque es un evento caro, con retorno bastante pobre, seguramente por los escasos cupos, que en este caso ni siquiera se completaron, llegando a un total aproximado de 83 participantes.
Hay que pagar inscripción, posiblemente uno tenga también que alquilar el chaleco, el remo, el casco, hasta la bici, etc, etc, y ni siquiera se habilitó esta vez el sistema de chip prometido, pues se corría una etapa de la AAU y Timing Uruguay obviamente no posee la infraestructura como para soportar 2 eventos simultáneos. Hubiera sido oportuno avisarnos antes, pues ellos ésto ya lo sabían con bastante anticipación, hace meses. Habrá una próxima Misión? Quizás Atlántida? Quizás Minas? Seguramente ésta no fue la última, éso es seguro.
Alguien nos preguntó si esta aventura era comparable en desgaste a una Maratón, a instancias de algún comentario que hizo algún allegado nuestro sobre este tema en la previa. Nada que ver. Por ejemplo, a ninguno de nosotros en ningún momento se nos pasó por la mente que no pudiéramos terminar esta prueba, como sí nos pudo haber sucedido muchísimas veces durante una M.
Si bien nos faltó fuerza en muchísimos puntos críticos, también preparación de MTB, entrenamiento, nunca llegamos a agotar completamente nuestras reservas, como si acontece seguramente al completar la distancia reina. No hay caso, es otra cosa. Luego de esta prueba podíamos trotar perfectamente, andar algún tramo en bici, incluso ayudar a empujar un auto que no arrancaba, casi por 5 cuadras planas.
En resumen, un evento muy recomendable para cualquier novato aficionado dispuesto a gastar algún peso de más, que comenzó a percibir que el Running se le está volviendo algo monótono y sin sabor.
Viernes 15/05/2009: Previa de novato, Misión GT
Estamos literalmente en el horno.
Cada vez se agregan nuevas referencias, relatos, experiencias y vivencias de participantes de ediciones anteriores o similares.
Al hacer el análisis de ellas, resulta cada vez más incierta nuestra suerte.
Seguro nos pondremos la bici de sombrero en la brusca bajada del San Antonio. Éso como mínimo. De ahí para arriba. O mejor dicho, de ahí para abajo, y rodando.
Ya el hombre que nos vendió los guantes nos anticipó: "Si te caés, poné las manitos así, éstos te van a venir bien para éso". También nos comentó algo sobre partirnos la cabeza en una bajada, pero nuestros oídos ya no lo escucharon. El hecho de que nos vendieran unos guantes rotos, casi sin dedos, al precio de nuevos y enteros, ya nos parecía demasiado tomadura de pelo para permanecer en el local a escuchar más estupideces, sobre uso de cascos y demás verduras.
A propósito, gracias Fernando Cuervo por el impecable casco, mis deudos sabrán devolverte los restos esparcidos por el Cerro, seguramente recolectados cuidadosamente por los Cuervitos.
El domingo accederemos al famoso Cerro del Inglés pero de costado, por la mitad, para interceptar la larga y clásica subida inicial de asfalto que hacemos en la Doble San Antonio.
Luego de unos cuantos cientos de metros de tranquilo y conocido transitar, volveremos a bajar, pero a lo borracho, doblando otra vez a 90º, haciéndolo alocadamente por cualquier lado. Ni siquiera Google Earth muestra un mísero trillo por allí. Una locura para estos piecitos acostumbrados al monótono y ya aburrido asfalto.
De allí iremos a visitar la estatua del Toro, seguro llegando tranqui como un feligrés que visita la cumbre del Verdún. La alocada bajada luego se vería abruptamente interrumpida para tomar a la derecha, hacia un inexplorado bosque en la ladera del Cerro, desembocando luego en las postrimerías norteñas de la ciudad de Piriápolis.
Si aún mantenemos los signos vitales, a partir de allí en más, hasta el Argentino Hotel, todo parece ser un rodeo bastante potable, muy similar si se quiere a algún tramo de la Media que se corre en esa ciudad.
Y si salimos ilesos de esta corre-caminata, tal vez con tramos de marcha casi al ritmo de las veteranas damas que siempre cierran la marcha en la San Felipe, luego volveremos a recorrer ese mismo recorrido pero en bici, siempre cuidando de no atascar con un piedra la rueda delantera, salir volando y terminar bajando en planeo el San Antonio, sin parapente ni ala delta.
También debemos evitar por todos los medios, fundir e incendiar las zapatas de los frenos de la obsoleta bicicleta, en la bajada retornando de la estatua del Toro. Es de esperar que podamos frenar a tiempo para internarnos a la derecha, a mitad de la espeluznante bajada, dentro de ese recorrido improvisado de bosque.
Tampoco es seguro que podamos cargar valientemente al hombro la bici, al menos sin sufrir una luxación, en las partes de tránsito más dificil.
Lograr hacerlo, emulando los múltiples atletas que aparecen en características fotos de diversas páginas de este "nuevo submundo", parece imposible.
La principal causa es el peso, pues si bien nuestra super-máquina tiene cuadro de aluminio, el mismo seguramente está reforzado por dentro, aparentemente estaría relleno de hierro y al parecer macizo. De otra forma, no puede pesar tanto.
Más de una vez nos la quisieron robar, siempre fue muy codiciada en el barrio para venderla al peso. Pero los chorros siempre terminan desistiendo, no tengo claro si por el peso de la bici o por el estado de las calles.
Según Google Earth, la visita al Toro constituye más o menos un repecho contínuo de algo más de 800mt, con una altitud inicial (sobre el mar) de 32mt y una final de 135mt. Es la pendiente de la calle Viacaba en su tramo final de ascenso al Cerro de Montevideo, multiplicada por Pi y dividida por 2.71828.
En dicho programa, intentamos reproducir midiendo la muy escueta info que el organizador da del recorrido con una imagen bastante pobre (mapa detallado aquí arriba) y éste arroja apenas un total de 9.5km en vez de los 11km anunciados oficialmente. Es de esperar que le hayan errado a la medición y no al trazado del dibujo. Sería doblemente dañiño si así no lo fuera.
Además, nuestro intento de confeccionar una hoja de ruta, in situ, el sábado de tarde, sería totalmente en vano. Confiemos más en la precisión del dibujo y no tanto en la medida anunciada originalmente por ellos.
La frutilla de esta torta sin lugar a dudas la constituye el recorrido en kayak, del cual hemos escuchado un sinfín de experiencias y también ya hemos elucubrado todo tipo de cosas.
Relatos de gente que termina remolcada por Prefectura, por describir interminables trayectorias en círculo, pies congelados envueltos en nylon, respaldos improvisados para novatos -de espaldas demasiado débiles- confeccionados con maderas y pulpos, etc, etc...de todo un poco.
También nos han prestado un impecable chaleco salvavidas, con silbato y todo. No podemos evitar recordar esas últimas imágenes de Titanic, del desesperado silbato en medio de la fría noche, clamando por socorro.
Nuestro último contacto con un kayak es algo más reciente que la fecha de ese naufragio, pero tampoco tanto, se remonta a varias décadas atrás y en aguas más cálidas y tranquilas.
Por éllo, hemos decidido no entrenar ni un solo metro esa disciplina en la actualidad, ni en seco ni en mojado. En definitiva ya no habría nada para intentar hacer, estamos recontra jugados.
Nuestra meta personal super-soñada, casi inalcanzable para la propia mente, sería:
11k RUN en 00:58
22k MTB en 01:06
3k KYK en 00:40
lo que constituye un tiempo total de 02:44.
En el otro extremo, el escenario más pesimista sería:
11k RUN en 01:08
22K MTB en 01:40
3k KYK en 01:00
Esto sumaría un total de 03:48, tiempo suficiente como para que sea necesario tener que entrecerrar los ojos para divisar mejor el retorno al magno Argentino Hotel, en medio de la oscuridad del atardecer que inexorablemente finaliza. Ya el arco seguro que no estará en pie. Pagaremos recargo por devolución tardía del kayak y del remo (si es que no se fue el camión), nos quedaremos sin medalla y con hipotermia.
Seguiremos informando...
Cada vez se agregan nuevas referencias, relatos, experiencias y vivencias de participantes de ediciones anteriores o similares.
Al hacer el análisis de ellas, resulta cada vez más incierta nuestra suerte.
Seguro nos pondremos la bici de sombrero en la brusca bajada del San Antonio. Éso como mínimo. De ahí para arriba. O mejor dicho, de ahí para abajo, y rodando.
Ya el hombre que nos vendió los guantes nos anticipó: "Si te caés, poné las manitos así, éstos te van a venir bien para éso". También nos comentó algo sobre partirnos la cabeza en una bajada, pero nuestros oídos ya no lo escucharon. El hecho de que nos vendieran unos guantes rotos, casi sin dedos, al precio de nuevos y enteros, ya nos parecía demasiado tomadura de pelo para permanecer en el local a escuchar más estupideces, sobre uso de cascos y demás verduras.
A propósito, gracias Fernando Cuervo por el impecable casco, mis deudos sabrán devolverte los restos esparcidos por el Cerro, seguramente recolectados cuidadosamente por los Cuervitos.
El domingo accederemos al famoso Cerro del Inglés pero de costado, por la mitad, para interceptar la larga y clásica subida inicial de asfalto que hacemos en la Doble San Antonio.
Luego de unos cuantos cientos de metros de tranquilo y conocido transitar, volveremos a bajar, pero a lo borracho, doblando otra vez a 90º, haciéndolo alocadamente por cualquier lado. Ni siquiera Google Earth muestra un mísero trillo por allí. Una locura para estos piecitos acostumbrados al monótono y ya aburrido asfalto.
De allí iremos a visitar la estatua del Toro, seguro llegando tranqui como un feligrés que visita la cumbre del Verdún. La alocada bajada luego se vería abruptamente interrumpida para tomar a la derecha, hacia un inexplorado bosque en la ladera del Cerro, desembocando luego en las postrimerías norteñas de la ciudad de Piriápolis.
Si aún mantenemos los signos vitales, a partir de allí en más, hasta el Argentino Hotel, todo parece ser un rodeo bastante potable, muy similar si se quiere a algún tramo de la Media que se corre en esa ciudad.
Y si salimos ilesos de esta corre-caminata, tal vez con tramos de marcha casi al ritmo de las veteranas damas que siempre cierran la marcha en la San Felipe, luego volveremos a recorrer ese mismo recorrido pero en bici, siempre cuidando de no atascar con un piedra la rueda delantera, salir volando y terminar bajando en planeo el San Antonio, sin parapente ni ala delta.
También debemos evitar por todos los medios, fundir e incendiar las zapatas de los frenos de la obsoleta bicicleta, en la bajada retornando de la estatua del Toro. Es de esperar que podamos frenar a tiempo para internarnos a la derecha, a mitad de la espeluznante bajada, dentro de ese recorrido improvisado de bosque.
Tampoco es seguro que podamos cargar valientemente al hombro la bici, al menos sin sufrir una luxación, en las partes de tránsito más dificil.
Lograr hacerlo, emulando los múltiples atletas que aparecen en características fotos de diversas páginas de este "nuevo submundo", parece imposible.
La principal causa es el peso, pues si bien nuestra super-máquina tiene cuadro de aluminio, el mismo seguramente está reforzado por dentro, aparentemente estaría relleno de hierro y al parecer macizo. De otra forma, no puede pesar tanto.
Más de una vez nos la quisieron robar, siempre fue muy codiciada en el barrio para venderla al peso. Pero los chorros siempre terminan desistiendo, no tengo claro si por el peso de la bici o por el estado de las calles.
Según Google Earth, la visita al Toro constituye más o menos un repecho contínuo de algo más de 800mt, con una altitud inicial (sobre el mar) de 32mt y una final de 135mt. Es la pendiente de la calle Viacaba en su tramo final de ascenso al Cerro de Montevideo, multiplicada por Pi y dividida por 2.71828.
En dicho programa, intentamos reproducir midiendo la muy escueta info que el organizador da del recorrido con una imagen bastante pobre (mapa detallado aquí arriba) y éste arroja apenas un total de 9.5km en vez de los 11km anunciados oficialmente. Es de esperar que le hayan errado a la medición y no al trazado del dibujo. Sería doblemente dañiño si así no lo fuera.
Además, nuestro intento de confeccionar una hoja de ruta, in situ, el sábado de tarde, sería totalmente en vano. Confiemos más en la precisión del dibujo y no tanto en la medida anunciada originalmente por ellos.
La frutilla de esta torta sin lugar a dudas la constituye el recorrido en kayak, del cual hemos escuchado un sinfín de experiencias y también ya hemos elucubrado todo tipo de cosas.
Relatos de gente que termina remolcada por Prefectura, por describir interminables trayectorias en círculo, pies congelados envueltos en nylon, respaldos improvisados para novatos -de espaldas demasiado débiles- confeccionados con maderas y pulpos, etc, etc...de todo un poco.
También nos han prestado un impecable chaleco salvavidas, con silbato y todo. No podemos evitar recordar esas últimas imágenes de Titanic, del desesperado silbato en medio de la fría noche, clamando por socorro.
Nuestro último contacto con un kayak es algo más reciente que la fecha de ese naufragio, pero tampoco tanto, se remonta a varias décadas atrás y en aguas más cálidas y tranquilas.
Por éllo, hemos decidido no entrenar ni un solo metro esa disciplina en la actualidad, ni en seco ni en mojado. En definitiva ya no habría nada para intentar hacer, estamos recontra jugados.
Nuestra meta personal super-soñada, casi inalcanzable para la propia mente, sería:
11k RUN en 00:58
22k MTB en 01:06
3k KYK en 00:40
lo que constituye un tiempo total de 02:44.
En el otro extremo, el escenario más pesimista sería:
11k RUN en 01:08
22K MTB en 01:40
3k KYK en 01:00
Esto sumaría un total de 03:48, tiempo suficiente como para que sea necesario tener que entrecerrar los ojos para divisar mejor el retorno al magno Argentino Hotel, en medio de la oscuridad del atardecer que inexorablemente finaliza. Ya el arco seguro que no estará en pie. Pagaremos recargo por devolución tardía del kayak y del remo (si es que no se fue el camión), nos quedaremos sin medalla y con hipotermia.
Seguiremos informando...
Domingo 10/05/2009: Semana de decisiones
La M de Montevideo ya está al acecho, a la vuelta de la esquina. Ya es tarde para intentar llegar en condiciones a esa fecha, si es que no estamos mentalizados estrechamente con ella, en la teoría y en la práctica, en la almohada y en el asfalto, por lo menos desde hace un par de meses. Al menos para el nivel de entrenamiento y performance que manejamos nosotros, simples mortales aficionados, o frecuentemente ni siquiera clasificando para éso.
Por otro lado, Rosario está algo más distante, pero también ya agotándose el tiempo rápidamente, tendríamos que estar en pleno desarrollo de los últimos 4 longs.
Y los 42k de Punta del Este están a 100 días y monedas, para la cual tenemos entonces un poco más de margen, aún sin tener que meternos 100% esa meta en la cabeza.
Lo bueno es que si desde hace unas semanas o meses estamos o estábamos preparando Montevideo o Rosario, siempre tendremos el nada despreciable "consuelo" de llegar más que en buena forma a Punta del Este, pero...a no dormirnos tampoco en los laureles.
Los Cuervos seguimos con la cabeza metida en Mdeo, o bien switcheamos Mdeo por Punta manteniendo los fondos largos, o tal vez estamos a punto de cambiar también, permutando Rosario por la más distante Punta.
Pero al día de hoy, personalmente estamos inscriptos y con la cabeza en carrera para ambas, no nos hemos bajado aún de Rosario. Este domingo fuimos con Fernando Cuervo por los 28km pactados, con vivencias dispares durante su transcurso pero finalizando aún con signos vitales.
Invalorable apoyo el de Fernando, considerando que él está en fase de "mantenimiento" a base de longs, con meta final Punta del Este. Seguramente, de mantenerse así durante todos estos meses que faltan, llegará en condiciones inmejorables, como nunca.
Personalmente luego complementamos esos 28 matinales con unos 10km de bici, al caer la tarde (mejor dicho nos cayó encima), incluso con varios km sobre la arena, como para "aflojar". Obviamente no fue nada del otro mundo, pero vino bien como para poder venir a trabajar sin la silla de ruedas.
Precisamente la bici ha tomado un rol importante en estos últimos días de la rutina semanal, comenzando con unos 31km entre semana, de rambla nocturna. Con un sinfín de paradas por la maldita cadena, los cambios desajustados y carentes totalmente de lubricación, las luces, etc, pero fue más que disfrutable.
Se nos han cruzado los avisos de un par de eventos delante de nuestra vista, que nos han deslumbrado y distraído bastante. Algo así como lo que nos sucede en la largada de la Nativa o la Nike, "cosas" que pasan trotando por delante de uno y le quitan "concentración", por decirlo de alguna manera.
Es el caso de la Misión GT de Piriápolis este domingo 17, con 11k de Running, 22k de MTB y 3k de Kayac. Visitas reiteradas al monumento del Toro, a pie y en bici, para culminar con una visita portuaria de ida y vuelta desde el Argentino Hotel, seguramente el nodo central de todo ésto.
El otro es el de la Salomon Running Race, el domingo 7 de junio, sobre la Sierra de las Ánimas, evento del cual solamente conocemos su punto de partida (Cerros Azules) y absolutamente nada más.
Ya casi tenemos 100% acondicionada la arcaica y oxidada bici que, si bien no llega a ser aquel legendario birrodado de la rueda gigantesca adelante y la pequeñísima detrás, también es cierto que con este artefacto estaremos dando un handicap considerable. Nuestro objetivo es el último puesto.
El próximo domingo permutaremos entonces un monótono fondo pactado de 22k, con miras a Rosario, por este novedoso evento. Lo del kayac es todo un misterio, hace décadas que no lo practicamos, y así llegaremos al propio domingo, como no podía ser de otra manera.
Si bien esta Misión GT se impuso bastante sobre el entusiasmo de la Salomon Race, no solo por su variedad sino también por lo inminente, por ahora no descartamos nada, ni la Misión GT, ni la Salomon, ni Rosario, ni Punta, todas o tal vez ninguna.
Por supuesto que tampoco descartamos la cercana M de Montevideo, pero simplemente para acompañar a algún compañero de equipo y/o amigo, solo en parte del trayecto total, corriendo en forma "furtiva" (perdón R.R, prometo llevarme mi propia hidratación!!!).
En estas 2 próximas semanas se disiparán todas estas incertidumbres, estamos en un cruce de caminos, que nos llevarán hacia adelante en línea recta, hacia más de lo mismo, o tal vez a desviarnos un poco del monótono camino para la incursión en otras disciplinas, posiblemente con un magro desempeño, pero seguramente con mucho más motivación que si fuera "solo correr".
Por otro lado, Rosario está algo más distante, pero también ya agotándose el tiempo rápidamente, tendríamos que estar en pleno desarrollo de los últimos 4 longs.
Y los 42k de Punta del Este están a 100 días y monedas, para la cual tenemos entonces un poco más de margen, aún sin tener que meternos 100% esa meta en la cabeza.
Lo bueno es que si desde hace unas semanas o meses estamos o estábamos preparando Montevideo o Rosario, siempre tendremos el nada despreciable "consuelo" de llegar más que en buena forma a Punta del Este, pero...a no dormirnos tampoco en los laureles.
Los Cuervos seguimos con la cabeza metida en Mdeo, o bien switcheamos Mdeo por Punta manteniendo los fondos largos, o tal vez estamos a punto de cambiar también, permutando Rosario por la más distante Punta.
Pero al día de hoy, personalmente estamos inscriptos y con la cabeza en carrera para ambas, no nos hemos bajado aún de Rosario. Este domingo fuimos con Fernando Cuervo por los 28km pactados, con vivencias dispares durante su transcurso pero finalizando aún con signos vitales.
Invalorable apoyo el de Fernando, considerando que él está en fase de "mantenimiento" a base de longs, con meta final Punta del Este. Seguramente, de mantenerse así durante todos estos meses que faltan, llegará en condiciones inmejorables, como nunca.
Personalmente luego complementamos esos 28 matinales con unos 10km de bici, al caer la tarde (mejor dicho nos cayó encima), incluso con varios km sobre la arena, como para "aflojar". Obviamente no fue nada del otro mundo, pero vino bien como para poder venir a trabajar sin la silla de ruedas.
Precisamente la bici ha tomado un rol importante en estos últimos días de la rutina semanal, comenzando con unos 31km entre semana, de rambla nocturna. Con un sinfín de paradas por la maldita cadena, los cambios desajustados y carentes totalmente de lubricación, las luces, etc, pero fue más que disfrutable.
Se nos han cruzado los avisos de un par de eventos delante de nuestra vista, que nos han deslumbrado y distraído bastante. Algo así como lo que nos sucede en la largada de la Nativa o la Nike, "cosas" que pasan trotando por delante de uno y le quitan "concentración", por decirlo de alguna manera.
Es el caso de la Misión GT de Piriápolis este domingo 17, con 11k de Running, 22k de MTB y 3k de Kayac. Visitas reiteradas al monumento del Toro, a pie y en bici, para culminar con una visita portuaria de ida y vuelta desde el Argentino Hotel, seguramente el nodo central de todo ésto.
El otro es el de la Salomon Running Race, el domingo 7 de junio, sobre la Sierra de las Ánimas, evento del cual solamente conocemos su punto de partida (Cerros Azules) y absolutamente nada más.
Ya casi tenemos 100% acondicionada la arcaica y oxidada bici que, si bien no llega a ser aquel legendario birrodado de la rueda gigantesca adelante y la pequeñísima detrás, también es cierto que con este artefacto estaremos dando un handicap considerable. Nuestro objetivo es el último puesto.
El próximo domingo permutaremos entonces un monótono fondo pactado de 22k, con miras a Rosario, por este novedoso evento. Lo del kayac es todo un misterio, hace décadas que no lo practicamos, y así llegaremos al propio domingo, como no podía ser de otra manera.
Si bien esta Misión GT se impuso bastante sobre el entusiasmo de la Salomon Race, no solo por su variedad sino también por lo inminente, por ahora no descartamos nada, ni la Misión GT, ni la Salomon, ni Rosario, ni Punta, todas o tal vez ninguna.
Por supuesto que tampoco descartamos la cercana M de Montevideo, pero simplemente para acompañar a algún compañero de equipo y/o amigo, solo en parte del trayecto total, corriendo en forma "furtiva" (perdón R.R, prometo llevarme mi propia hidratación!!!).
En estas 2 próximas semanas se disiparán todas estas incertidumbres, estamos en un cruce de caminos, que nos llevarán hacia adelante en línea recta, hacia más de lo mismo, o tal vez a desviarnos un poco del monótono camino para la incursión en otras disciplinas, posiblemente con un magro desempeño, pero seguramente con mucho más motivación que si fuera "solo correr".
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